MUJERES EN ESCENA
SONIA LUJÁN: “QUIERO HACER TEATRO PARA QUE LA GENTE DISFRUTE”
Luego de una pausa de cuatro años, la directora teatral Sonia Luján volvió este año a las tablas. Lo hizo con “Nosotras, mujeres con alma de pájaros”, obra que vuelve a presentar este sábado en la Biblioteca Sarmiento. “Tenía claro que quería hacer algo que sea estéticamente bello, que te conmoviera desde la belleza”, expresó.
“Estuve mucho tiempo sin trabajar por problemas de salud, cuatro años, y pensaba cómo iba a ser mi vuelta al teatro. Necesitaba parar para ver dónde estaba parada y para ver qué es lo que realmente tenía ganas de hacer”, dice Sonia Luján, en la comodidad de su casa, mientras extiende su mano izquierda para convidar el primero de los mates.
“En mi caso, la docencia fue copando todo. La docencia y lo social fueron desplazando a lo espectacular. El montaje de las obras que hacía tenía que ver con los talleres que daba, no era mi proyecto o la obra que yo quería hacer. En ese momento empecé a preguntarme: ¿Qué es lo que yo quiero hacer? ¿Qué quiero contar?”.
-¿Y qué te respondiste?
– Un día dije, vamos a hacer algo. Ya me sentía un poco mejor, estaba llevando mi problema de acúfenos y podía convivir armoniosamente con este tema. Ya no podría trabajar con un grupo de 10 o 15 personas, como antes, pero con dos actrices comprometidas, como son Irene y Rita, sí. Tenía ganas de salir de la obra de texto, donde vos ya sabés que hay una trama, un personaje, un conflicto que resolver. Tenía ganas de experimentar, de desafiarme con algo diferente. Entonces empezamos a trabajar con cuentos de Silvina Ocampo. Y funcionó: El equipo de Rita e Irene funcionó muy bien a pesar de que tienen energías muy diferentes. Lamentablemente, no nos dieron los derechos de autor, no sé qué tema hay entre los familiares herederos de su obra que no nos autorizaron a llevar esos cuentos al teatro.
– ¿Cómo funciona eso?
– Eso ya está súper instalado: en cada sala que trabajás, se hace el borderó, se hace el porcentaje de la sala, se le paga a Argentores, a Aadicapif si tiene música… en este caso, que nosotros trabajamos con música de Silvia Teijeira, ella nos liberó del pago, podría cobrar sus derechos, pero ella nos los brindó. Es tan generosa… una artista tan inmensa, no sólo profesionalmente, sino humanamente. Silvia es una persona muy humilde y muy amorosa.
– ¿Y cómo sortearon lo de Silvina Ocampo?
– Cuando es no, es no.En ese momento, cuando recibimos ese mazazo, porque es terrible cuando venís con un proyecto que ya está armado y pasa esto, lo que no quería era que, te lo voy a decir con una metáfora que me encanta: cunado metés la torta al horno, si vos la abrís antes de tiempo, la torta se baja, yo no quería que se baje la torta. Quería seguir con ese impulso con el que veníamos, entonces les dije que se traigan una poesía aprendida para la semana que viene (porque todo este proceso creativo es de taller).A la semana siguiente vinieron las dos con la poesía aprendida y empezamos a jugar, y enseguida me gustó. De hecho, me gustó más que el cuento, porque la poesía es más volada, es más abstracta, es metáfora. El desafío fue:¿cómo canalizar en el cuerpo esa metáfora?¿cómo llevarla al teatro? Fue súper interesante y, además, muy motivador trabajar con la música de Silvia. Fue un proceso creativo alucinante.
– ¿Por qué la música de Silvia?
– A Silvia Teijeira la admiro un montón, la trajimos con Luis (Luján, su hermano) al Instituto Magnasco hace una banda de años. Siempre escuché su música, tiene cuatro discos y tocó con artistas muy grosos. Ella es muy litoraleña, muy entrerriana su música. Todo el proceso creativo lo hicimos con su música, no es que terminamos y pensamos qué música le ponemos. No, creamos esta obra con su música.
-¿Ella toca durante la obra?
– Silvia viene el sábado, pero es imposible que toque en vivo porque eso requeriría ensayos. Ahora está presentando su último disco, nosotras usamos esa música y ella viene a compartir su material una vez que nosotras terminemos.
-Son nueve escritoras, ¿cómo seleccionaron los poemas?
-Empezamos con la búsqueda y dijimos: bueno, que sean mujeres. Porque había que encontrar un hilo conductor: que sean mujeres y quesean de acá, que esas poesías hablen de cosas que nos pasan a nosotras. Yo tenía una poesía que siempre me encantó, que se llama “Nosotras”, que es la que le da el nombre a la obra y es de Rosa Albariño, la única autora que no es de acá, era de Villaguay. Las demás son todas poetas de acá: Carla Oliveira, Pamela De Batista, María Emilia Villalba, Susana Lizzi, Viqui Veronesi, Jimena Arnolfi, que está radicada acá, mi hija Elena (Malkotsoglou) y otra mía, que a veces juego a hacerme la poeta. Son nueve mujeres, son nueve poemas. Leímos la obra completa, o casi completa, de todas ellas para encontrar cada poema.
-Contame, antes de seguir, de Rita y de Irene…
– Rita Ronconi es aquella chica (señala una foto en la pared), es una actriz impresionante. He trabajado mucho con ella, he tenido la suerte de dirigirla desde mi primera obra, Fuego de Noche, y después hicimos Salvia para Isabel, Plaza Criolla, hicimos un montón de cosas con Rita. Me encanta dirigirla, es un placer. Irene Aguer empezó a hacer taller conmigo hace algunos años y después tuvo que dejar. Ella siempre quiso actuar, tenía experiencias de talleres, pero tenía eso pendiente. Yo sentía que tenía que llevarla a escena, pero bueno, se interpuso este problema mío de salud y dejé de dar talleres, dejé la actividad y eso quedó pendiente. Después, Marcela Reynoso necesitaba una actriz para hacer Acuerdo para cambiar de casa y entonces se la recomendé a Irene. Ella debutó ahí. Cuando surge la idea de este proyecto nos pusimos de acuerdo rápidamente.
-¿Y cómo entra en juego cada texto, cada poesía en escena? ¿Se dice, se actúa? ¿Cómo es?
-Se dice, se actúa, se le pone el cuerpo y la voz a eso. En algunas poesías estamos las tres, em algunas está una sola. Después, el desafío fue hilvanarlas, cómo hacer para que todo esto se teja y se convierta en una obra, no en un recital de poesía. Ese es el arte de combinar del director, como si fuera un director de orquesta, esa es otra metáfora que me encanta: vos tenés todos los elementos y cada elemento es un instrumento, la luz, la música, el actor, el texto, la voz del actor, las acciones del actor, la escenografía, la utilería. Cada uno de esos elementos es un instrumento, entonces tienen que estar afinados. Cualquiera de esos instrumentos que esté desafinado hace ruido, es feo, te hace sonar desafinado. Entonces hay que armonizarlos y crear la melodía.
– ¿Hace cuánto la empezaron a presentar la obra?
– El 24 de mayo. Esta va a ser nuestra función número doce y espero hacer mil, todas las que se pueda.
– ¿Cuánto dura la función?
– Yo hago un ritualito primero, así que ponele que con todo durará 50 minutos, y lo de Silvia va a ser acotado, también. Nova a ser un recital completo, entre las dos cosas durará una hora y media. Además, en cada función, al menos acá en Gualeguaychú, armamos una mesita y ponemos los libros de las poetas, porque la idea es promocionarlas también y acercar a la gente a la lectura de la poesía.
-¿Por qué deberían ver la obra?
-Vuelvo a lo primero. Cuando me preguntaba cuál es la obra que quiero hacer, tenía claro, mucho antes de los cuentos y las poesías, que quería hacer algo que sea estéticamente bello, que te conmoviera desde la belleza. Porque me parece que hay tanto horror a nuestro alrededor, tanta cosa fue, que no me dan ganas de ir por ahí. Me parece que ya hemos hecho demasiado teatro para sufrir, quiero hacer teatro para que la gente disfrute, para que se vaya conmovida por algo hermoso. El horror existe y el teatro ha dado cuenta de ello, pero también merecemos la belleza.
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Presentación de “Nosotras, mujeres con alma de pájaros”
Sábado 12 de octubre, 20 horas, Biblioteca Sarmiento, Alberdi 105, Gualeguaychú | Reservas: 3446 678931 / 601695