CAMPEONES, ¿PERO HASTA CUÁNDO?

LA IMPORTANCIA DEL DEPORTE Y DE LOS CLUBES

CAMPEONES, ¿PERO HASTA CUÁNDO?

¿Qué importancia tiene el deporte en nuestra sociedad? ¿Y los clubes? ¿Cómo es la actualidad local y nacional de uno de los pilares del entramado social y cultural de nuestro país? A estos y otros interrogantes se refirió Adrián Romani, presidente de la Academia Olímpica Argentina de Entre Ríos y, entre otras cosas, ex director de Deporte Municipal en Gualeguaychú.

Texto: Isidro Alazard

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Fotografía: Luciano Peralta

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Una de las pocas salidas de la realidad cotidiana que les queda a los argentinos es el deporte. El futbol, los Juegos Olímpicos, el vóley, el automovilismo. ¿Quién no prefiere poner una carrera de Formula1 antes que ver el noticiero? Pero, ¿qué importancia tiene el deporte en nuestra sociedad? ¿Cómo contribuye al entramado social, cultural y económico del “semillero del mundo”? ¿Por qué los clubes son un pilar fundamental en la Argentina?

Para responder a estas preguntas, charlamos con Adrián Romani, director de Deportes de la Municipalidad hasta diciembre pasado. Tras ganar una beca del Comité Olímpico Argentino, se fue en el año 2000 a estudiar en la Universidad Internacional de Educación Física y Deportes de Cuba, donde se graduó en 2005. En ese entonces comenzó a trabajar en Venezuela como preparador físico de la Selección Nacional de Rugby y en el Ministerio de Deportes (donde fue, entre otras cosas, director Nacional de la Formación Deportiva). En 2015 volvió a Gualeguaychú, de donde es oriundo, para asumir como funcionario. Actualmente es presidente de la Academia Olímpica Argentina de Entre Ríos y vicepresidente de la Confederación Argentina de Deportes.

¿Cuál crees que es la importancia del deporte en la vida de las personas?

– El deporte en sí contribuye en muchos factores: una vida más equilibrada y plena. No solamente mejora la salud física y mental, sino también contribuye al bienestar emocional y social de las personas. Debería ser obligatorio: se debería tener todos los días actividad física, desde los más chiquitos hasta los más grandes. Debería ser nuestra principal medicina. En estos momentos de tanta ansiedad, depresión, tanto estrés, habría que apostar por el deporte. El tema de socializar, de la empatía, de desarrollar habilidades para trabajar en equipo, de la promoción de esos valores que nos van haciendo como sociedad: la disciplina, el respeto, la dedicación, el esfuerzo, la solidaridad, la responsabilidad, la inclusión y la diversidad.

También en los chicos fortalece desde lo físico hasta los hábitos. Tener una vida más activa previene problemas de salud y ayuda al desarrollo emocional y de la comunicación. Empezar a conocer riesgos, a tener límites, y lo más importante: el hecho de aprender jugando. El saber administrar los tiempos, la autodisciplina, la constancia y el respeto en los niños es fundamental. Unir a las personas más allá de los géneros, de las edades, de las culturas, de las condiciones sociales es una gran oportunidad a través del deporte. Y lógicamente que generar este tipo de hábitos y demás va a hacer que tengamos una sociedad mucho más saludable, además de crear sentido de pertenencia, el sentido de comunidad como tal, ya sea a nivel micro, a nivel regional, provincial o nacional.

“Unir a las personas más allá de los géneros, de las edades, de las culturas, de las condiciones sociales es una gran oportunidad a través del deporte”

– ¿Cuál es la importancia de la familia en el desarrollo de los jóvenes?

– Es el punto de apoyo, el punto de equilibrio, de orientación, de acompañamiento. Es un espacio de seguridad, nos hace sentirnos queridos y comprendidos. Son edades muy difíciles, pero en donde los modelos de roles de las familias presentes son muy importantes. Hoy estamos expuestos a un montón de circunstancias que ponen en riesgo nuestras vidas: el consumo de sustancias, las violencias, entre otras situaciones. Aprender a manejar las crisis, los triunfos, las derrotas, esos bajones, poder enfrentar todas esas adversidades, y superar todos esos obstáculos. Ahí la familia juega un papel de contención muy importante para el desarrollo pleno que necesitamos en nuestra formación a futuro.

– ¿Y el ámbito económico? ¿Crees que define el desarrollo deportivo?

– No creo que defina el desarrollo deportivo. Sí, en muchos casos, condiciona la consecución de algunos méritos para poder lograr algunos resultados, sobre todo en algunos deportes cuya práctica es muy costosa, y que lamentablemente a familias de bajos recursos económicos les limita mucho el potencial para que las personas puedan alcanzar su máximo rendimiento. Lo económico cobra importancia, sobre todo, en dónde se desarrollan las actividades, bajo qué implementos, pero no son condicionantes al 100%. Creo más relevante el amor propio, el potencial, el acompañamiento, las grandes guías, los grandes desafíos y esas ganas de progresar, de ser mejores. Buscar nuevos horizontes y salir en busca de esos sueños me parece que lo que marca las grandes diferencias y lo que nos caracterizan normalmente a los argentinos, y por eso es que hoy podemos disfrutar ser campeones del mundo, en contra de grandes sociedades anónimas o de muchos imperios deportivos y económicos, que deberían tenerlo todo, y a pesar de eso les falta el potrero tan importante que tenemos nosotros, y ese amor propio, ese sentido de pertenencia inigualable, que hoy nos permite estar celebrando las cosas que celebramos en Argentina.

Adrián Romani, en el Estadio Municipal, a donde llegó para ver a su hijo jugar en el Torneo Gauchito Charrúa

– ¿Cómo ves la actualidad del deporte en nuestra ciudad?

– Creo que Gualeguaychú ha dado un salto muy importante en lo que respecta al deporte. En la manera en cómo se concebía y el lugar que ocupa. Desde hace unos años el deporte se sumó a ‘la mesa chica de la política’, en la toma de decisiones y en la articulación de nuevas áreas. Se relaciona con la obra pública, con la construcción de los barrios, con la salud, con la integración social. El deporte está presente en una ciudad donde la gente se ha volcado realmente a la práctica de la actividad física: se ven gimnasios llenos de gente, muchos grupos de running entrenando, deportes master y ligas amateur por muchísimos lugares; tres ligas municipales llenas de equipos; 48 clubes y agrupaciones; las becas para los deportistas, que algunos brillan a nivel internacional (como es el caso de Antonella Ruíz Díaz, medallista en los Juegos Paraolímpicos). Todo ello ratifica el gran momento, que nos da un gran orgullo.

– ¿Cuál es la importancia de los clubes en nuestra ciudad?

– Los clubes son el bastión fundamental de nuestra ciudad, de la Argentina en general, y es lo que la distingue y marca una diferencia con el resto del mundo. El sistema de clubes que tenemos, nuestro sistema deportivo nacional, es único e incomparable. No solamente se hace deporte o actividad física como tal, sino que se fortalece el entramado social, cultural y educativo de una ciudad. La mayoría de nuestros clubes, en tiempos de pandemia o tiempos complejos como los de hoy, se transforman en los principales merenderos del barrio, en el roperito, se brindan clases de apoyo. Muchos de los clubes no cobran ni siquiera la cuota social o deportiva para que los chicos puedan practicar un deporte. Esas cosas son muy especiales y tienen un valor fundamental.

– En el ámbito nacional se habla mucho de las Sociedades Anónimas Deportivas, ¿qué opinás?

– Se habla mucho de las SAD en el deporte y se habla poco del sistema deportivo, se habla poco del acompañamiento y se habla poco de todo lo que se le está quitando al deporte y lo que se lo ha degradado en este último año. Para mí es correr el eje de la discusión, como lo están intentando hacer en este momento: centrar la atención solamente en uno, dos o tres de los clubes más grandes del país, que generan muchos ingresos, es correr el eje de lo fundamental, de lo que es la esencia del deporte. Que haya SAD en nuestro país sería perder la identidad social. Las sociedades anónimas vienen a apropiarse de 100 años de historia, de lucha, de un montón de gente que batalló para poder estar en el lugar que está, pero cuando esto les deje de dar ganancias, se van a ir del país. Son estructuras con fines de lucro y con proyectos cortoplacistas que ponen en riesgo muchas cosas. Argentina no necesita esa discusión hoy en día, ni siquiera conocemos el nombre del nuevo secretario de Deportes, más allá del ministro, que poco habla y que está en los lobbies buscando empresas para que vengan a llevarse las riquezas que tienen nuestros clubes. Hemos tenido millones de ejemplos de estos en el mundo, que han fallado. Argentina necesita discutir sus bases, tener un sistema deportivo que responda, un plan nacional que no existe (cada cuatro años lo destruimos para volver a ver cómo volvemos a arrancar algo). El deporte es planificación, organización, es pensar a largo plazo, los deportes no se forman de un día para el otro.

“Hoy el apoyo que tenían los clubes de barrio ha sido retirado casi en su totalidad y lo que se deja de hacer es acompañar a ese sostén que son los clubes”

– ¿Crees que hace falta planificación en el ámbito local? ¿Y en el nacional?

– Creo que, sin una buena planificación es muy difícil alcanzar buenos resultados. Tanto para adaptarse a nuevos cambios, para ver mejoras, para poder hacer un seguimiento, para hacer un trabajo más efectivo, más eficiente, para optimizar los recursos, para poder gestionar bien el tiempo. La planificación de un equipo deportivo en una gestión de gobierno e incluso en la vida es fundamental: saber con qué recursos cuento y hacia dónde tengo que encaminarme para alcanzar el desarrollo potencial. En el ámbito local hace falta acentuar mucho más el trabajo planificado, ordenado, sincronizado en todas las instancias. A nivel nacional, si hablamos de políticas públicas deportivas: planificación cero, totalmente cortoplacista, en cada una de los de las gestiones que hemos tenido los últimos años. A excepción del año 2006, en el que se empieza en Argentina a establecerse algunos planes pensando más a largo plazo, en nuevos programas, teníamos un Plan Nacional del deporte que se empezaba a organizar, empezaba a haber manuales, programas, desde una punta argentina a la otra. Tuvimos la posibilidad de poder financiar el deporte de la formación competitiva y la generación de nuevos centros de desarrollo, que aportan a la formación de nuevos talentos. Pero lamentablemente volvió a desintegrarse.

– ¿Hace falta financiamiento?

– Sí, la financiación es necesaria y hace muchísima falta. Durante nuestra gestión de gobierno se logró recuperar muchísimo el presupuesto para el deporte. Fíjate que, con lindos debates en el Consejo Deliberante, se logró tener un sistema de becas para deportistas, recursos económicos que van para el impulso, la masificación y el acompañamiento a los deportistas. Son grandes logros. De ese presupuesto se lograban hacer muchas gestiones, pero siempre termina siendo insuficientes. Hace falta mucha inversión, en el ámbito local, en el ámbito provincial y lógicamente en el nacional. Pero si esto no es una cadena, no hay una lógica que responda a planificaciones, es muy difícil lograr resultados. Hoy el apoyo que tenían los clubes de barrio ha sido retirado casi en su totalidad y lo que se deja de hacer es acompañar a ese sostén que son los clubes. La financiación también cobra mucha importancia a la hora de acompañar el proceso de desarrollo, basado en un sistema. Un sistema deportivo nacional que hoy no tiene ni pies ni cabeza. Muchas instituciones con muchas actividades contrapuestas unas a otras, trabajando en diferentes sectores, con muy pocas líneas de comunicación y articulación de esfuerzos. Eso es lo que hay. Ojalá que esté nubarrón pase rápido y que puedan comenzar a trabajar personas preparadas e idóneas para llevar adelante lo que nuestro deporte en realidad necesita, que no es personalismo. Lo que necesita es gente que tenga ganas de trabajar para seguir soñando y para seguir transformando realidades.