EL MECENAS ¿UN PUNTO DE ENCUENTRO?

LEY NACIONAL DE MECENAZGO

EL MECENAS ¿UN PUNTO DE ENCUENTRO?

El jueves pasado se llevó a cabo en la Cámara de Diputados la primera reunión informativa para el tratamiento de la Ley Nacional de Mecenazgo. Este no es el primer intento por legislarlo, pero, según las voces de sus protagonistas, pareciera que esta vez no sólo existe el consenso legislativo para su tratamiento y aprobación, sino que sería un pedido del Poder Ejecutivo el avance sobre esta ley.

Texto: Federico Peralta

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Ilustración: Diego Abu Arab

EL MECENAS

El mecenazgo se encuentra legislado en algunas provincias de nuestro país, siendo la Ciudad de Buenos Aires uno de los distritos que más se vanagloria sobre los beneficios de esta legislación. De hecho, semanas atrás, fue el Poder Legislativo de la capital quien se reunió y conformó el acuerdo necesario para modificar dicha ley con la intención de mejorarla. 

En simples palabras, el mecenazgo es un sistema de promoción para el desarrollo de actividades culturales, por medio de aportes económicos de empresas, los cuales provienen de una renuncia del gobierno a una mínima parte de su recaudación impositiva. Es decir, lo que aporta el capital privado es deducido de sus impuestos. Esto no es una novedad: los clubes utilizan este formato, algo similar sucede con el automovilismo y las asociaciones civiles. Sí, es novedoso en lo particular y ni siquiera por la ley de mecenazgo, ya que, como se dijo, se encuentra legislado en más de una provincia. La novedad radica en que, aparentemente, habría un consenso entre todas las fuerzas políticas para que esto sea una realidad.

EL ANTECEDENTE NACIONAL

La primera Ley Nacional de Mecenazgo fue aprobada en el 2001 y en enero de 2002 el entonces presidente Eduardo Duhalde la vetó. Quien promovió dicha Ley fue el actor, entonces diputado, Luis Brandoni, quien asumió, en su tratamiento, que no era la mejor ley, pero era la que se tenía, instando a su aprobación y proponiendo mejorarla en su reglamentación. La ley contemplaba una desgravación de hasta un 5% del Impuesto a las Ganancias para las empresas, en base al mismo aporte para proyectos culturales, dinero que iba directamente al Fondo Nacional de las Artes, ente que definiría su distribución.

«Lo que quieren los que pidieron el veto es evadir impuestos, no hacer mecenazgo. Y con la ley no pueden. Las grandes empresas suelen auspiciar a los consagrados”, decía Brandoni, tras el veto.

DE LA LEY BRANDONI AL CUATRO POR UNO

Actualmente son cuatro los proyectos en tratamiento que están en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación presidida por la catamarqueña Silvana Ginocchio (Unión por la Patria). Si bien, de los cuatro proyectos tres fueron presentados por legisladores de Unión por la Patria, el remolino político que trajo el huracán libertario poco ha dejado de unión y ni hablar de la patria.

María Luisa Chomiak (Chaco), Marcela Passo (Provincia de Buenos Aires) y Ricardo Herrera (La Rioja) son quienes presentaron sus proyectos y pertenecen a Unión por la Patria. Además, Hernán Lombardi el otrora ministro de Cultura de Mauricio Macri y funcionario de Fernando De la Rúa, hoy diputado nacional por el PRO, también presentó su proyecto. Si bien tienen diferencias, como, por ejemplo, en quiénes podrían ser benefactores, sus categorías, el porcentaje de impuesto a desgravar y si se crea o no un órgano de aplicación, pareciera que existe la intención de ponerse de acuerdo entre las partes.

HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

El mecenazgo ha sido mal visto, como lo mencionaba en su momento Brandoni, porque muchas veces se ha utilizado para lavar dinero. Empresas que realizan aportes fantasmas a fundaciones que no existen en los hechos y de esa manera desgravan impuestos e ingresan dinero al sistema formal, dinero que viene, de igual manera, de la evasión. Tampoco es novedad que, en algunos casos, las asociaciones civiles como personas jurídicas son creadas y utilizadas para este tipo de ilícitos. En este sentido, de los textos presentados el de Ricardo Herrera es el único que menciona la imposibilidad de un vínculo entre aportante y beneficiario. Obviamente que el sector cultural independiente poco sabe de esto y se mantiene expectante ante la posibilidad de acceder a financiación para el desarrollo de su actividad. 

En relación a los órganos de control, en la reunión del jueves pareciera haberse consensuado la existencia de un consejo para su aplicación, el cual debe tener una perspectiva federal e involucrar a los actores territoriales del desarrollo cultural, no quedando claro aún cómo se conformaría dicho consejo. 

¿QUIENES FUERON A EXPONER?

Un total de 12 personas expusieron sus pareceres en relación a la tan ansiada ley. Muchos de ellos vienen de sectores reducidos de las artes, las artes de la élite, se podría decir. Vinculados a museos y a galerías de arte que muchas veces poco tienen que ver con el desarrollo cultural territorial, más bien están referenciados con los espacios consolidados para la circulación de determinadas expresiones artísticas. En esa mezcla, quien escribe fue convocado por la diputada por Entre Ríos Carolina Gaillard, en representación de ARDE, la Federación de Cooperativas Culturales de la Argentina.

Esta organización vincula a cierta parte del sector cultural independiente que entendió la necesidad de formalizar sus espacios de trabajo, encontrando en el cooperativismo un espejo en su accionar diario. Las cooperativas culturales vinculadas en ARDE responden al territorio y se desarrollan en él. Están conformadas por hacedores culturales de todo el país, organizados asociativamente.

Muchas de estas cooperativas llevan adelante espacios culturales, son grupalidades vinculadas a las ciencias y al patrimonio, elencos, colectivos de artistas y otros. Para ARDE es una gran noticia el tratamiento y la posible sanción de esta ley, manteniéndose expectante no sólo en su instancia legislativa, sino, y particularmente, en la reglamentación por parte del Ejecutivo. Bien sabemos que la instancia de reglamentación muchas veces desvirtúa el espíritu de una ley o bien directamente impide su efectiva aplicación.

LAS CONVERSACIONES DE PASILLO

Según lo observado en el Congreso, pareciera haber un consenso en que esta ley efectivamente sea aprobada e inclusive algunas voces dicen que es por pedido del Ejecutivo que se está tratando y es quien quiere que el mecenazgo se aplique a nivel nacional. Las malas lenguas dicen que es para mostrar algo de gestión en el ámbito cultural, siendo que la impronta libertaria ha atacado directamente al sector desde su asunción. En ese sentido, la promoción de esta ley sería una contradicción para el espíritu libertario ya que disminuiría (ínfimamente) la recaudación y, en la lógica de mantener el superávit del gobierno, esto sería una traba. Aun así, pareciera haber cierto consenso en su aprobación. Veremos.

En toda esta mezcla de posiciones, colores políticos, intereses económicos y otros, se encuentra el sector cultural independiente, uno de los principales beneficiarios de ser efectivamente tratada, aprobada y reglamentada la ley. El tiempo dirá. Mientras tanto, la cultura en el territorio no sabe de legislaciones, simplemente sucede.