ECONOMÍA PARA SOSTENER LA VIDA

TAREAS DE CUIDADO

ECONOMÍA PARA SOSTENER LA VIDA

Desde hace unos meses venimos mirando qué está pasando a nivel nacional con las tareas de cuidado. Para ello tomamos como insumo los informes publicados desde “La Cocina de los Cuidados”, un monitor de políticas públicas conformado en el marco del CELS e integrado por especialistas en la temática y diversas organizaciones políticas y sociales de todo el país. Entre las académicas más prominentes que la integran se encuentra Lucía Cirmi Obón, con quien tuvimos el gustazo de charlar.

Texto: Agustina Díaz

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Ilustración: Diego Abu Arab

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Lucía es economista magna cum laude de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y magister en estudios del desarrollo del International Institute of Social Studies (Países Bajos). Trabajó en el diseño y en la ejecución del programa para jóvenes PROG.R.ES.AR, así como en otras políticas sociales y económicas, en el Ministerio de Economía, el Congreso Nacional y el (ahora clausurado) Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina. Entre sus publicaciones más destacadas se encuentra el libro “Economía para sostener la vida”, una pieza imprescindible para analizar los asuntos económicos desde una perspectiva de género.

Esto nos respondió al preguntarle por el contexto que estamos atravesando.

– ¿Quiénes crees que se están llevando la peor parte de la situación actual?

– Obviamente, las mujeres en general y me parece que las personas mayores en particular, teniendo en cuenta la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones y, ahora, la quita de algunos medicamentos del VADEMECUM y de PAMI.

-Desde La Mala venimos nutriéndonos de los resultados arrojados por los informes de la Cocina de los Cuidados que marcan, desde la llegada de Milei, un claro retroceso en el reconocimiento económico de las tareas de cuidados y la persistencia de la feminización de estas tareas en detrimento del desarrollo de las mujeres en otros aspectos de su vida. Pero, antes ¿se había avanzado al respecto? 

– Creo que en los años anteriores se había avanzado en las políticas de cuidado, sobre todo en la instalación de la temática, en la articulación territorial, en que esto crezca y en lo que era la obra pública. Hoy podemos ver que se discontinuaron todos los proyectos iniciados, tanto los que construía el Ministerio de Educación, como el Ministerio de Obras Públicas, como las refacciones y ampliaciones que se hacían con un crédito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) a raíz del Ministerio de Desarrollo Social.

“Si bien la sostenibilidad fiscal es un objetivo importante, a esa sostenibilidad no se llega solamente recortando”


-Las políticas de género, de cuidados, de prevención de las violencias, en realidad, cualquier política social o distributiva son vistas, por parte del gobierno, como un gasto público que va en detrimento del equilibrio fiscal. Al respecto, en los últimos meses de la campaña presidencial de 2023, todos los candidatos hablaban de la importancia de que la Argentina alcanzara el equilibrio fiscal como método eficaz para resolver la alta inflación. Entonces ¿era inevitable el recorte a las políticas de género? ¿cómo podría armonizarse el objetivo del equilibrio fiscal con políticas que atiendan el reconocimiento económico de los cuidados?

– Hay que comprender cómo esa “inevitabilidad” se construye. No podemos perder de perspectiva la escalada de violencia que existe, que ha ido instalando un manto de sospecha sobre cualquier persona que recibe algún tipo de derecho social. A estas personas y organizaciones se las audita muchísimo más que a otras. Por el contrario, vemos que el gobierno condona impuestos a los grupos más poderosos o se habilitan blanqueos a la gente de más altos ingresos. Allí no aparece ningún manto de sospecha y mucho menos se audita. Si bien la sostenibilidad fiscal es un objetivo importante, a esa sostenibilidad no se llega solamente recortando. Se puede llegar recaudando más y, también, se puede recortar en otros sectores, no necesariamente en las políticas de género. Se podría haber llegado gravando la renta inesperada o no condonando impuestos. En sí, las políticas de género, además, no implicaban un presupuesto gigante, por el contrario, era bastante pequeño. Estamos hablando que se destinaban solamente 20 centavos de cada 100 pesos que gastaba el Estado, así que no creo que fuera una condición necesaria.

“El otro punto que me preocupa críticamente refiere a los puestos de trabajo que se están destruyendo permanentemente, sobre todo los industriales”

– De todo el escenario ¿Qué es lo que más te preocupa? ¿Cómo ves el futuro?

-Lo que más me preocupa es, por un lado, lo avasallante de este proceso político y social. Creo que se van transformando tantas cosas al mismo tiempo que es difícil responder a cada una. A su vez, con cada represión se va disciplinando a la sociedad. Parece haber triunfado la idea de que “no hay plata”, como aceptación de que no hay otro camino. En ese sentido, sobre todo las y los economistas heterodoxos, tenemos la responsabilidad de plantear que hay otro camino, debemos hacer la cuenta completa y que la gente sepa que sí hay riqueza en Argentina y que es utilizable para construir un país mejor. En ese sentido, el otro punto que me preocupa críticamente refiere a los puestos de trabajo que se están destruyendo permanentemente, sobre todo los industriales. Y, en relación a esto de construir propuestas y alternativas, estamos trabajando desde la Comisión de Cuidados del PJ con mucha fuerza. Es un espacio estratégico, que constituimos en 2019, donde pensamos un pacto social para los cuidados y logramos que durante la gestión pudiéramos desarrollar distintas iniciativas de políticas públicas. Pero este espacio trasciende la gestión, lo estamos revitalizando y nos estamos preparando para un nuevo encuentro federal con la intención de pensar estrategias. Esto creo que habla mucho de las construcciones que tenemos que fortalecer para adelante, que son necesariamente con más mujeres, con más propuestas y con más unidad.