THEODOR GOSSMAN
Un arte «diferente»
Del 14 al 24 de diciembre, en la Alianza Francesa Gualeguaychú, se desarrollará una muestra de arte digital. ¿Qué es ese tipo de arte? Las palabras de Theodor Gossman, quien expone sus cuadros hechos en su IPad.
Theodor Gossman tiene 84 años. Es artista y expone sus cuadros desde el 14 al 24 de diciembre en la Alianza Francesa Gualeguaychú (25 de Mayo y Mitre). Pero si pensás que es uno más de esos artistas que pintan en su salón con un delantal manchado de pintura de todos los colores, te equivocás. Él se sienta en su escritorio (o en su sofá) después del desayuno, toma su IPad y hace su magia: desde paisajes hasta retratos (dice que los hace por diversión), todas creaciones completamente digitales.
No importa si está en Punta del Este (donde reside) o en la casa de su esposa Cristina, en Gualeguaychú. Sus creaciones son capaces de hacernos viajar incluso hasta Estados Unidos, de donde Gossman es oriundo. Nació en Denver, Colorado, y se dedicó a la Arquitectura. Sin embargo, sólo hace ocho años que, para matar el tiempo, empezó a dibujar: “Bueno, soy arquitecto. Entonces, empezamos con el entrenamiento dibujando. Pero con el arte en sí, poco tiempo relativamente. Hace ocho años fuimos de vacaciones a Europa y Cristina con una amiga fueron de compras. Yo me senté y empecé a dibujar con lápiz y papel”.
Luego de tres años, descubrió que también podía usar el IPad para hacer arte y comenzó a crear pinturas digitales. Así, recorrió salas de todo el mundo: Uruguay, España, Estados Unidos, Luxemburgo y más. En nuestra ciudad expone “Paisajes Contemporáneos”.
“Él se sienta en su escritorio (o en su sofá) después del desayuno, toma su IPad y hace magia: desde paisajes hasta retratos (dice que los hace por diversión), todas creaciones completamente digitales”
-¿Cómo llegó hasta acá?
– He estado aquí en Latinoamérica hace veinte años. Me mude desde los Estados Unidos. Me casé con mi esposa, Cristina, hace quince. Vivimos en Buenos Aires y en Punta del Este. Pasamos la mayor parte del año allí, pero Cristina tiene toda la familia aquí.
-¿Y el arte digital?
– Me gusta dibujar. Entonces esa es una manera de pasar tiempo, de explorar ideas, es una manera de manifestar sentimientos. Usualmente dibujo paisajes de todo tipo: montañas, ríos, el mar, el campo. Además, es divertido para mí pintar retratos. Eso es para mí más una diversión, porque cuando uno dibuja mucho una cosa, en un momento dice “cambiemos”. Dibujo todos los días algo nuevo. Entonces es un desafío buscar otra manera, otra idea, otro sujeto.
Theodor ha vivido en muchísimos lugares del mundo. En nuestra charla, declara que sus paisajes favoritos son los del oeste estadounidense, donde pasó la mayor parte de su vida: “Antes de mudarme para acá, vivía en Tucson (Arizona), Taos (Nuevo México) y en Denver (Colorado). Son paisajes muy lindos. Para mí, los mejores. Cristina me critica a veces por dibujar rocas, montañas y desiertos. Pero eso es lo que más me gusta”.
Aunque la tecnología llega a todos lados, la inclusión del arte digital en galerías es bastante novedosa. De los pinceles, óleos, aguarrás y enormes lienzos, el pintor puede pasar a usar una tablet y un “pencil”, para crear imágenes, videos y animaciones. No sólo se aplica al arte: cine, televisión, arquitectura, diseño gráfico y muchísimas áreas más encuentran en estas tecnologías digitales más facilidades para sus creaciones.
-¿Cuál crees que es la diferencia entre el arte digital y el arte “tradicional”?
-Es un tema difícil. Muchos que pintan, son acuarelistas o pintan con acrílicos, no piensan que la pintura digital es legítima. Pero depende cómo se vea el arte. Uno ve un cuadro y le gusta o no le gusta, o le interesa por alguna razón. Y no se juzga por la técnica, te gusta lo que ves. Entonces, si es digital, si es por óleo, por acrílico, no importa. Lo importante es el resultado, lo que ve el espectador. Se puede decir: eso no está bien compuesto o eso no está en balance, pero sí te puede gustar, por ejemplo, como se dibujaron las nubes, o cómo se tratan las rocas, o si es arte moderno, que no tiene nada que ver con la realidad, también es legítimo. Pero se tiene que ver como una combinación de colores, de movimientos y más. Algunas personas se pueden complacer más que otras.
Las certezas sobre el futuro del arte son sólo predicciones, pero Theodor Gossman tiene algo claro: “El arte digital va a crecer. Cada vez se usa más y más. Se puede ver en el cine, en las películas, en propagandas, cuando se necesita más que la letra”.
El arte “tradicional” nunca va a quedar obsoleto, pero nuevas formas pisan cada vez más fuerte en el campo artístico. Y si no me creés, nos vemos en la Alianza Francesa.