UN JARDÍN LLENO DE FLORES

POESÍA

UN JARDÍN LLENO DE FLORES

Hay cosas que funcionan muy bien, sobre las que cualquier tipo de teorización está de más. La poesía de Victoria Giambroni Dalcol y el arte de María Eugenia Trillo es una de esas cosas. Disfruten.


Deme sus palabras de ternura

como una caricia en la distancia,

sus “te quiero” que desanudan

todo lo que me ata al suelo


Vuelva a mi nido,

en su vuelo de ave libre.

Quiérame imprudentemente,

con todos los lenguajes del amor.


Dígame al oído que, como nunca antes,

vio en mí la vida abriéndose paso para dar más vida.

Que mi corazón es tan bonito

como un jardín lleno de flores.


Míreme una vez más,

con el café en la mirada.

Usted hundiéndose en mi cuello

una mañana dorada,

iluminada por el sol y por su luz.


Sorpréndase otra vez

por quererme tanto.

Inhale el aire que respiro.

Recuerde mi olor.


Grite con toda la magia de su risa

ante mis torpezas.

Incline la cabeza a un lado

cada vez que lo conmueva algo de mí.


Llámeme a deshoras y deme vuelta el tiempo,

que se me frenó

cuando se fue.


¿Cuánta alegría le cabe a esta tristeza?

Si de este lado del mundo

empieza la primavera

y en todas las flores veo

lo que usted veía en mí.