En Pueblo General Belgrano, el programa Somos, impulsado por el gobierno local, representa una herramienta fundamental para fortalecer a las instituciones comunitarias. Así lo asegura Patricia Werner, integrante de la Asociación Cooperadora de la Sala de Primeros Auxilios Dr. Carlos Artusi, quien afirma que este tipo de iniciativas son clave para sostener el trabajo voluntario.
“Es fundamental recibir la ayuda por medio del programa Somos, porque es muy difícil para una cooperadora recaudar fondos. Pertenecer a una entidad como ésta no es fácil, porque lo único que nos motiva es ayudar y facilitar las cosas para la institución. Sin embargo, hay muy poca gente que se compromete y quiera participar”, señala, en diálogo con La Mala.
La actual cooperadora comenzó a tomar forma hace dos años, cuando un grupo de vecinos decidió reactivar un espacio que había dejado de funcionar en 2018. “Empezamos a tramitar la reorganización de la cooperadora, porque ya hubo antes y había dejado de funcionar. Fueron muchos los trámites y la documentación que nos pidió Personería Jurídica, aun siendo solo una cooperadora. Conseguir socios fue otra ardua tarea”, recuerda Werner sobre la iniciativa que había surgido a partir de la convocatoria de Andrea Frutos, entonces directora del centro de salud, y el ex juez Eduardo García Jurado, quienes impulsaron la idea de volver a poner en marcha la institución.
“Así fuimos convocando a algunos vecinos para participar y se logró formar la comisión, de la cual soy secretaria. Llevo los libros que exige toda cooperadora, organizo las reuniones, busco nuevos socios, colaboro en cuanto se necesite”, resume nuestra entrevistada.
Hoy, el aporte que recibe la institución llega del programa Somos, sumado a la cuota societaria (de costo mínimo) y lo recaudado en actividades como rifas, venta de dulces o tortas fritas en ferias y eventos, lo que les permite mantener en funcionamiento varios servicios: “El ingreso es fundamental para los proyectos que tenemos”.
Entre otros logros, consiguieron comprar un aire acondicionado para el sector de pediatría. Además, la cooperadora sostiene el funcionamiento de un consultorio de estimulación temprana, que cuenta con profesionales de psicomotricidad y fonoaudiología.
“La cooperadora sostiene el funcionamiento de un consultorio de estimulación temprana, que cuenta con profesionales de psicomotricidad y fonoaudiología”
Desde la mirada de Patricia Werner, la tarea no termina en la autogestión. También es indispensable que el Estado cumpla un rol protagónico en el acompañamiento a las instituciones: “El trabajo debe ser en conjunto entre Estado e instituciones, sino es imposible. Creo que, si hay un fin común, sobre todo tan importante como la infancia, no queda otra que realizar un trabajo en conjunto”.
Ese trabajo conjunto también es necesario frente a los desafíos estructurales. “ediliciamente hay un par de reformas por hacer para un mejor funcionamiento, pero hay trámites que realizar ante Provincia. Nosotros solo colaboramos para lograr un mejor funcionamiento del centro”, aclara, haciendo referencia a que la sala depende del Ministerio de Salud.
Para Patricia, el objetivo final siempre es el mismo: mejorar la calidad de la atención en el primer nivel de salud y asegurar el acceso. “Las perspectivas son muchas y todas dirigidas a mejorar nuestro centro de salud y que la gente que habita Pueblo Belgrano tenga a su alcance la mejor atención posible y no tenga que depender solo del Hospital Centenario, sobre todo aquellos que no tienen obra social o prepaga”.
“Las perspectivas son muchas y todas dirigidas a mejorar nuestro centro de salud, y que la gente que habita Pueblo Belgrano tenga a su alcance la mejor atención posible”
La realidad del pueblo también suma presión al sistema. “Pueblo Belgrano ha crecido mucho y la población se duplica en temporada, por lo tanto, es fundamental contar con un lugar de cercanía que tenga atención primaria”, remarca Werner. Al tiempo que hace foco en el rol que cumplen otras instituciones barriales, como los clubes y las escuelas —también contempladas en el programa Somos—, a la hora de acompañar a las infancias.
“Los clubes, al igual que los colegios, son fundamentales para la contención de muchos chicos, para sacarlos de la calle y de los malos hábitos. El deporte siempre mantiene un cuerpo y una mente sana”, sostiene. Y agrega: “No solo contiene, sino que fraternizás con gente de tu entorno, hacés amigos, formás grupos. Te saca del aislamiento y el individualismo que hoy provoca la tecnología”.
Desde su experiencia como voluntaria, Patricia Werner tiene claro que los proyectos comunitarios pueden hacer mucho, pero no todo. La infancia necesita del esfuerzo compartido. Y para eso, el Estado no puede estar ausente. “Si hay un fin común como la infancia, no queda otra que realizar un trabajo en conjunto”, repite. Y, con esa idea como bandera, colaborando cada día con el centro de salud.