ENTREVISTA A JOSÉ ALBERTO “TOTO” GALLOP

SARMIENTO, 100 AÑOS DE UNA PASIÓN

Los sentimientos no se pueden explicar. Cualquier futbolero lo sabe. Pero, si la intención es encontrar una palabra que sintetice lo más genuino del Club Deportivo y Social Sarmiento, su esencia digamos, esa palabra es la de José Alberto “Toto” Gallop. Lo que sigue es una entrevista previa a los 100 años de la institución. Ojalá la disfruten.

Texto y fotografía: Luciano Peralta | Cámara y edición de video: Federico Peralta
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Las historias de los clubes de barrio son las historias de la gente de barrio; de sus alegrías, de sus emociones, de sus angustias y sus tristezas. En Argentina los clubes de barrio cumplen una función muy importante para la cohesión social, para el entramado comunitario que tantas veces nos hace sentir orgullo.

Hoy, sábado 9 de agosto de 2025, se cumplen 100 años de la fundación del Club Deportivo y Social Sarmiento. Uno de los clubes con más sentido de pertenencia de la ciudad. Y, también, uno de los tantos que en las últimas décadas han crecido sin pausa.

Hoy, Sarmiento lejos está de ser aquel equipo de fútbol que militaba en los torneos amateurs a mediados del siglo pasado, hoy es mucho más que eso: por el predio propio, pero, también, por las disciplinas que componen la institución, acompañadas por cientos de familias que, cada una a su manera, aporta su granito de arena para mantener viva la ilusión de aquellos fundadores de 1925.José Alberto “Toto” Gallop es un emblema de Sarmiento. Por eso, y porque es nuestra manera de rendir homenaje y destacar la importancia de los Totos Gallops que hay en cada club, días previos al centenario, La Mala dialogó con el exdirigente.

“Sarmiento es mi segunda casa. Dejé muchas cosas de lado para darle al club, pero Sarmiento me las devolvió todas, y más”

“Sarmiento tuvo cancha donde está la terminal, también en el predio de Arrejoría, donde ahora hay un barrio. En ese entonces la cancha no se marcaba con cal, si no que con una asadita se hacía un surco no más”, recordó quien fue aguatero del club, delegado suplente durante muchos años, luego titular, y presidente durante dos mandatos. 

“Sarmiento siempre tuvo muy buena concurrencia de público, la gente siempre acompañó. Es así que la invitación que tuvo por parte del fútbol departamental fue por la gran concurrencia que garantizaba cada fin de semana”, relató Gallop. 

Además, recordó los inicios del club, sus primeros dirigentes, los fundadores, a quienes mayormente conoció, y los lugares donde en aquella época se juntaban a discutir y a definir cuestiones que tenían que ver con el fútbol y con la institución: una peluquería, un corralón de materiales o un bar eran sedes habituales para la naciente dirigencia deportiva. 

“Yo tuve laderos como Juan Bautista Ortiz y, sin despreciar a nadie, creo que fue lo más grande que tuvo el club. Un ser humano extraordinario, por principios”, dijo Toto, y tuvo que hacer una pausa de un puñado de segundos para tomar un trago de agua y así pasar la emoción que subía hasta la garganta.

“Sarmiento es mi segunda casa. Dejé muchas cosas de lado para darle al club, pero Sarmiento me las devolvió todas, y más”, aseguró, con los ojos cargados de lágrimas y la voz entrecortada.

Sentado en medio de la cancha de fútbol, con las banderas auriverdes a su espalda y una quincena de hinchas, jugadores y colaboradores detrás de cámara, el experimentado dirigente habló de las satisfacciones que le dio el club, como los campeonatos de 1987, 1990 y 2001 (luego llegaría el de 2013). Pero enseguida remarcó, “más allá de los títulos deportivos, la otra parte, donde uno ha podido ser útil para el club”.

“Las personas que se arriman a los clubes lo hacen con las mejores intenciones. Por eso invito a todos los dirigentes a que sigan de la misma manera, que así se mantienen los clubes”, aseguró. Y, en relación a las alegrías que le sigue dando su club, dijo: “Lo que más me llena de satisfacción es que actualmente en Sarmiento hay gente trabajando que arrancó en 1990, en la canchita atrás del hospital, con el fútbol infantil. Eso es un orgullo enorme”, resumió. 

“A los dirigentes actuales les deseo lo mejor, igual que a los que vienen y, también, un abrazo al cielo para todos los dirigentes que no están”, concluyó Toto, al borde de las lágrimas. 

Hoy, la familia de Sarmiento tiene sobradas razones para celebrar. Una de ellas, sin dudas, es poder disfrutar del testimonio de quien fue uno de sus pilares durante muchos años. Porque a cada club lo hace grande su gente. Y de eso Sarmiento sabe.

¡Felices 100 años de vida!