EL GOBIERNO Y LOS GREMIOS LLEGARON A UN ACUERDO

ROGELIO, EL MEJOR ALUMNO

El gobernador Rogelio Frigerio adjetivó al acuerdo paritario docente como “histórico”. Y puede que lo sea, ya que está anualizado, contempla la actualización mensual por inflación y otras demandas del sector. El caótico segundo semestre del 2024, en el que sobreabundaron paros y movilizaciones, parece haber servido de lección para la gestión.

Texto: Luciano Peralta | Ilustración: Diego Abu Arab
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Hace dos semanas, publicamos una nota titulada El fetiche de los 190 días de clases, en la que, desde la Asociación del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) se abordó el peso simbólico que tiene cumplir (o no) con los días establecidos en el calendario oficial, por sobre otros aspectos, igual o más importantes. Como lo son el salario docente, la calidad educativa, la infraestructura de las escuelas y varios etcéteras más.

En Entre Ríos la precarización del sector docente no es una novedad. Ha sido una constante durante los últimos 25 años, por lo menos, con períodos mejores que otros, lógicamente. Pero hace mucho tiempo que los paros, como medida de fuerza ante la falta de acuerdo paritario, han dejado de ser una excepción para ser la regla de cada marzo, antes, y de cada febrero, ahora.

El año pasado tuvo una particularidad: el conflicto se recrudeció llegado el segundo semestre y las fracasadas negociaciones se tradujeron en movilizaciones, paros y más paros. Demasiados. Como demasiadas fueron las pérdidas para el sector, con la quita, de parte del gobierno nacional, del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y la Conectividad, lo que vino a profundizar la profunda pérdida del poder adquisitivo del salario que había generado la devaluación del 120% en el verano pasado, cuando Javier Milei hizo remera (literalmente) eso de que “no hay plata”.

UN PASO ADELANTE

Dejar atrás un semestre tan convulsionado, tan difícil para los trabajadores, en general, y para el universo docente, en particular, es un deseo generalizado. Por parte de los trabajadores, sí, pero también por parte de las miles de familias que contiene la educación pública, y también por parte del gobierno, que, en palabras del gobernador Frigerio, ha puesto a la educación entre sus prioridades de gestión.

Es cierto que del dicho al hecho (siempre) hay un trecho. ¿La novedad?: el acuerdo paritario cerrado este jueves parece haber acortado -lejos está de saldarse- la distancia entre lo que se dice o se desea y lo que realmente se hace.

“Es bastante inusual, no solo en la historia de nuestra provincia, sino en el resto de la Argentina”, expresó Frigerio tras la firma del acuerdo que contempla todo el 2025. Al tiempo que dese la provincia se destacó que solo Entre Ríos y Neuquén firmaron paritarias de estas características.

“Esta es una gran oportunidad para este año centrar la discusión y el debate de la política en lo que, para mí, es más importante que cualquier otra cosa, que es la calidad de nuestra educación, lo que enseñan y lo que aprenden nuestros alumnos en las escuelas entrerrianas”, subrayó el mandatario. Y enumeró prioridades: la formación docente; la evaluación de los alumnos; la currícula; la infraestructura escolar y la alimentación.

“El acuerdo salarial anual establece incrementos mensuales de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec; movilidad trimestral de la base de cálculo y la corrección de las distorsiones del nomenclador docente”

LOS PUNTOS ACORDADOS

El acuerdo salarial anual establece incrementos mensuales de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec; movilidad trimestral de la base de cálculo y la corrección de las distorsiones del nomenclador docente, entre otros puntos neurálgicos. Las tres formaron parte del cúmulo de demandas del sector durante todo el año pasado. 

Sobre el segundo de los puntos, ahondamos: para los haberes de marzo se tomará como base de cálculo el sueldo de enero; para los haberes que van desde abril hasta agosto, el sueldo de marzo; y para los haberes de septiembre a noviembre, lo percibido en agosto de 2025. Para los haberes de diciembre en adelante, en tanto, se tomará como base de cálculo el sueldo de noviembre. Lo que da previsibilidad a la discusión salarial y acompaña la inflación.

Por otro lado, se acordó el pago de una suma fija de $25.000 remunerativos y bonificables a cada docente con más de 10 años de antigüedad. En este punto los gremios no lograron imponer su demanda, que era que todos, sin límites de antigüedad, puedan acceder a esta suma.

Asimismo, se firmó un aumento único del Fondo Provincial de Incentivo Docente (Fopid) y Conectividad en un 10,7% por cada ítem. Aquí tampoco los docentes estuvieron del todo de acuerdo, ya que reclaman que esos montos sean en blanco, para que impacten en la obra social y en las jubilaciones. Pero, desde el Ejecutivo tienen con qué defender su postura: no sólo porque este monto siempre fue pagado en negro (durante y antes de la actual gestión), sino, también, porque fue la Nación la que dio de baja el Fonid y la provincia la que absorbió esa demanda. 

Por último, se acordó trabajar en la implementación de un boleto docente con un 50% de subsidio y continuar las discusiones de las Comisiones Técnicas, creadas en el ámbito de la negociación paritaria, en el marco del Consejo General de Educación (CGE). En este punto el interés de los gremios está puesto, sobre todo, en las modificaciones del nomenclador, crucial para la mejora salarial y la jerarquización de la carrera.

“La ola de calor extremo puso en evidencia no sólo la precariedad de muchas escuelas, sino también la brecha que existe entre las que son públicas y las de gestión privada”

¿COMIENZA UNA NUEVA ETAPA?

Si bien es cierto que el acuerdo firmado es considerado positivo por la mayoría del sector docente, también es cierto que la pérdida salarial durante el año pasado fue tan grande que resta mucho por recuperar. Además, la ola de calor extremo puso en evidencia no sólo la precariedad de muchas escuelas, sino también la brecha que existe entre las que son públicas y las de gestión privada.

Ese seguirá siendo un reclamo permanente, más allá del avance que significó la paritaria firmada este jueves. Pero también es una nueva oportunidad para poner en hechos todo lo expresado, para que los ventiladores que faltan en las aulas en verano no se traduzcan en la falta de estufas en invierno. En definitiva, para continuar acortando la distancia entre lo dicho y lo hecho.