LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE

RECORRIDO FEMINISTA Y DISIDETNE

LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE

El próximo sábado se celebrará la primera Marcha del Orgullo en Entre Ríos. La primera a nivel provincial, claro. En este texto de Celina Rodríguez Molina, un poco de la historia reciente de los feminismos y los transfeminismos que generaron el escenario para que esta realidad suceda.

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La lucha colectiva nos transforma y transforma el mundo… La lucha colectiva y además feminista, lo destruye y planta uno nuevo… El momento es urgente y la invitación necesaria. Atendamos el llamado”

Quimey Figueroa. Poeta transviano y fugitivo (1)

Los movimientos feministas, transfeministas, anticapitalistas, anticoloniales, internacionalistas, antipatriarcales tenemos largos recorridos en los territorios del Abya Yala, aunándonos con colectivas, organizaciones, movimientos de resistencias y luchas a nivel internacional.

La heterogeneidad, la coherencia de criterios, las construcciones desde abajo y a la izquierda han sido las riquezas que dan sentido de unidad y conducen nuestros cuestionamientos a sistemas opresores que atacan nuestros cuerpos y territorios.

El recorrido de estos movimientos es muy extenso y diverso. Sin ánimo de hacer un listado exhaustivo y denso de legislaciones que ganamos con luchas colectivas, entendiendo a éstas como soportes para seguir otras luchas y no como acciones específicas de “llegada y conclusión”, quisiera mencionar algunos hitos que nos ayudan a interpretar mejor el recorrido de los feminismos y los transfeminismos, y que, en una espiral dialéctica, enriquecieron a las organizaciones y a las personas comprometidas políticamente con estos trayectos:

  • Marcha del orgullo LGTBIQ+ en Buenos Aires, que se hizo por primera vez en el año 1992 y se celebra cada año el primer sábado de noviembre.
  • Campaña por el derecho al aborto gratuito. Surgió en el 2005 en los llamados, en ese momento, encuentros nacionales de mujeres.
  • 2010: Ley del Matrimonio Igualitario
  • 2012: Ley de Identidad de Género
  • 2018: Paros internacionales de Mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binarie
  • 2021: Promulgación de la ley por el derecho al aborto, seguro, gratuito
  • 2021: Ley cupo laboral trans
  • Cambio de nombre de los Encuentros Nacionales de mujeres por Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries

Los feminismos y transfeminismos hacemos carne la injusticia y nos sentimos parte de todas las acciones contras ellas, desde las masividades, desde las creatividades, con cantos que dan cuenta que queremos dar vuelta la tortilla al patriarcado capitalista, con deseos de cambiarlo todo.

Las experiencias, enseñanzas, desafíos, derrotas, las críticas, autocríticas e incertidumbres son la trayectoria con la que aprendimos a luchar: Desde las experiencias de memoria, verdad y justicia, motorizadas por los organismos de DDHH, las asambleas contra los extractivismos y la defensa de los territorios, al movimiento piquetero gritando contra impunidades, el hambre y la desocupación; desde las pibas del secundario con sus pogos discutiendo en los talleres a las marchas contra los femicidios y los transfemicidios; desde las compas estudiosas de los feminismos ancestrales, las mareas verdes y multicolores a las internacionalistas de Kurdistan, los 8M, 25N, los 7 de marzo lésbicos recordando a Pepa, y  la búsqueda indignada de Tehuel; desde los “Ni una Menos”, “Nunca Más”, Stonwell, a los juicios de lesa humanidad, el 25 y 26 de junio en la estación Darío y Maxi, con las asambleas transfeministas piqueteras.

Hacer foco en la frase “lo que no se nombra no existe” significa visibilizar y reconocer lo que se pretende ocultar; es poner en palabras y darle forma en nuestro pensamiento a aquello que el lenguaje lo silencia; es hacer presente lo que está solapado; es evidenciar su existencia porque se lo nombra; es una decisión política como manifestación de inclusión a todas las diversidades posibles. Por eso manifestarse es hacerse presente; por eso las marchas del orgullo y los encuentros plurinacionales se masifican y multiplican año tras año.

Para comprender mejor estos recorridos me voy a detener, brevemente, en el camino andado para lograr el cambio de nombre de los encuentros nacionales de mujeres, a encuentros plurinacionales de mujeres y diversidades. Sin dudas recorridos que estimulan nuevas preguntas, nuevas discusiones e impulsan a nombrarlo todo.

¿NACIONAL O PLURINACIONAL?

Con el paso del tiempo, los encuentros convocaron nuevas grupalidades dejando de ser protagonista la palabra de las mujeres cis blancas; las interpelaciones de las comunidades de los pueblos originarios y la visibilizaciones de las libertades de la comunidad LGTTBIQ fueron apropiándose de estos espacios feministas con la prepotencia de sentirse parte, a pesar del conservadurismos de mujeres, de organizaciones y de partidos políticos atrasados con cabezas binarias, sin permitir la visibilización de estas construcciones complementarias al feminismo. Quienes abrían camino en los encuentros traían otras construcciones, otras demandas, otras identidades, incluso otras ganas, otras tradiciones coloridas, disruptivas, potentes y amorosas. Avalar su presencia significaba dar lugar, dejar hablar, correrse a un lado, compartir la lucha.

Los encuentros nacionales de mujeres fueron horneando un cambio que de a poco se fue haciendo cada vez más evidente y urgente. El ejercicio de avanzar y construir desde abajo y desde la izquierda, nos permitió entender que plantear solamente “lo nacional” en los encuentros negaba la presencia de comunidades originarias, y negar la presencia de estos Estados significaba negar sus luchas manchadas de sangre por las conquistas, significaba negar a los verdaderos pueblos habitantes y dueños de las tierras.


Desde la masividad de estos encuentros anuales, escuchamos a las protagonistas de los pueblos originarios, quienes expresaban que no se sentían parte de “lo nacional”. Aprendimos a escuchar sus voces y otras lenguas, nos enseñaron sus bailes, sus ropas, los gritos de indignación contra el extractivismo, la desposesión y el robo de territorios.

En Chaco, en el 32° Encuentro (2017), los pueblos originarios tuvieron presencias fuertes y al año siguiente, en Trelew, recuperamos la historia de las compañeras mapuches junto con las luchas setentistas. Esas voces fueron creciendo con fuerza y fue en el territorio Querandí de La Plata, Berisso y Ensenada, durante el 34°encuentro de 2019, que, junto con las feministas del Abya Yala, quienes venían teniendo presencia en los encuentros y siendo parte de diversos activismos feministas, de movimientos territoriales y sociales, donde juntes dimos los pasos necesarios para que estos encuentros tomaran el nombre de Plurinacional.

La Campaña “Somos Plurinacional” tuvo como objetivo: llegar a todos los territorios atravesando fronteras, poniendo en jaque al conservadurismo interno y todas sus resistencias.

“SOMOS PLURINACIONAL”

Esta fue la consigna de la campaña con la que recorrimos los territorios. Supimos que era el momento, las bases de los feminismos lograron instalar el “Somos Plurinacional” en las organizaciones de Derechos Humanos, estudiantiles, en el sindicalismo de bases y en los medios de comunicación con apertura.

Y así llegamos con toda esa potencia al territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel en la provincia de San Luis: fue en el 2022, luego de la pandemia. El 35° Encuentro Plurinacional empapó el cambio de nombre en cada intercambio, reflexión y debate; circularon cartillas y documentos con esta construcción; los escenarios y místicas protagonizaban lo plurinacional y la diversidad. La liturgia plurinacional abrazaba a las mujeres, a las travestis, a las trans, a las no binaries, a las bisexuales…

Hace apenas un mes, el sábado 2 de noviembre, se celebró la 33° Marcha por el Orgullo en CABA, donde miles se movilizaron desde las comunidades LGTTBIQ+. Llena de brillos, alegrías, ganas, místicas, con las banderas multicolores, las banderas palestinas, los pañuelos verdes, blancos, rosados; miles de personas mostraron al mundo, y con orgullo, quiénes son, orgullosas de sus identidades, de sus luchas, de sus reivindicaciones y de sus vizibilizaciones.

“Al closet y a la cárcel no volvemos más”, decían las pancartas recordando a las históricas Diana, Maite y Lohana.

Estas movilizaciones orgullosas se han repetido estos años en muchos lugares en los que gobiernan retrógrados antinegacionistas, donde las iglesias han censurado y siguen censurando el derecho al placer, a mostrar cuerpos orgullosos. Simultanea y coordinadamente, las marchas y encuentros multiplican la certeza de que la lucha es colectiva e inclusiva. Nos gusta luchar con las compañeras y con les compañeres; queremos hacerlo en la pluralidad y no desde la singularidad y la monotonía. Avanzamos juntes con el “Venceremos” de nuestras Madres.

Este año, en el Encuentro Plurinacional de Jujuy, en territorios de las comunidades de los pueblos originarios del Malón de la Paz, en ese Jujuy tan hermoso y cascoteado por gobiernos de Morales y sus sucesores, con miles de participaciones a pesar de la crisis económica y el ajuste, nos encontramos con talleres cuyos temas eran las sexualidades, pansexualidades, intersexualidades, lesbianismos, no binaries, masculinidades trans, cuerpos y subjetividades y, paralelamente, pudimos reflexionar, dar opiniones, preguntarnos sobre los fascismos, sobre cómo afectan nuestras vidas y qué batallas colectivas le estamos dando, y cuántas nuevas podremos ensayar.

ORGANIZADAS Y ORGANIZADES

Seguimos abiertas, escuchando, poniendo las orejas y las ganas a nuevos cambios, porque aprendimos que lo que no avanza, lo que se fosiliza, se muere con el paso del tiempo.

Que en unos días se celebre la primera marcha del orgullo en la provincia de Entre Ríos, en un escenario de hostilidad y absoluto desmadre de las políticas de género en todos los niveles del Estado, es una clara manifestación de organización y convencimiento de que la lucha hay que darla en la calle con todos los colores. Desde los feminismos y los transfeminismos ya lo aprendimos y sabemos que no podemos quedarnos con eso de que “siempre fue así”.

Ser parte de las juntadas anuales, alojar las ganas de nuevas generaciones que se suman, nos da la certeza que los cambios resultan ser construcciones positivas y que vale la pena seguir en estos encuentros luminosos, que nos cargan de pilas a pesar del horror de vivir con gobiernos fascista, ajustadores y represivos. 


(1) Quimey hoy es Alan. Poema publicado en “Movidas por el deseo” de la cátedra libre Virginia Bolten (2018)