AUTOGESTIÓN Y MÚSICA
LARROCK N’ ROLL, 17 AÑOS DE AGITE
Nacido en un pueblo de menos de 10 mil habitantes, el festival sólo dejó de realizarse durante la pandemia. Este sábado 6 de julio llega una nueva edición del evento que, a esta altura, es marca registrada en Larroque. “Está todo dado para que sea una gran noche rockera”, adelantó uno de sus organizadores
“Larrock N’ Roll nace desde un grupo de jóvenes con la intención de darle un espacio a las bandas de rock del lugar. En Larroque hay muchas banditas de rock. O no sé si se nota más porque el pueblo es chico. Para mí hay muchas”, dice Lucas Marchesini, el único de los pioneros del festival que cumple 17 años que no es de Larroque. Aunque fue un año después de su nacimiento, en 2008, que conoció la movida, gracias a un primo que estaba en la organización.
“Yo soy como un injerto. De hecho, soy el único extranjero, por así decirlo, dentro del festival”, aclara, entre risas. “Esa primera vez, que caí y me puse a organizar junto al resto, fue en el club Central Larroque. Era verano. Fue una noche espectacular, me acuerdo de la fiesta que se armó atrás de la barra, que era, básicamente, un tablón y dos caballetes. Va a sonar como cliché, pero me acuerdo de esa magia, del agite, mejor dicho. El agite de la gente y el estar en un lugar donde se podía rockear. Muchos de los organizadores eran parte de alguna de las bandas, entonces era como, bueno, ahora toca la banda de tal vamos a escucharla, la agitamos. Pero hay que seguir atendiendo, entonces la agitamos desde acá atrás para que la gente que está en el medio, el público, lo disfrute. Para poder transmitirle esa onda. Yo no conocía ni un tema, pero vibraba en esa frecuencia, era hermoso. Tenía 16 años”, recuerda Lucas, el “injerto”.
-¿Cuáles eran los criterios para poder tocar?
-Los criterios siguen siendo los mismos que hoy. Primero: dar espacio a las bandas de Larroque. Segundo: que sean del palo del rock, de la cultura rock, digamos. Es muy importante que tengan temas propios, aunque sea uno. No es un festival para bandas de covers. Ha habido bandas de covers, pero no es la idea.
-¿Sigue ese grupo de amigos como organizadores?
-Con el tiempo el festival creció y hubo rotación de organizadores. De hecho, de la primera Larrock N’ Roll queda uno sólo. Después, algunos estamos hace más años, otros se sumaron con el tiempo… Lo mismo con los escenarios, la primera fue en el Parque de la Estación, al aire libre, pero se ha hecho en Central, como te decía, ahora la venimos haciendo en Sportivo Larroque, donde tenemos la posibilidad de hacerla adentro o afuera. También, en una época la hicimos en Charly Disco, un boliche de allá.
“Para los diez años, vino Las Manos de Filippi, arrancaron a tocar de noche y terminaron de día, eso fue una fiesta, estuvo alucinante”
-¿Siempre se hizo en verano y en invierno?
-Empezó en verano, pero en un momento, para juntar plata, empezamos a hacerla en invierno. La de invierno, generalmente, es más acotada. Son más de bandas locales y no tanto de afuera. Depende igualmente de la energía del grupo organizador del momento. Por ejemplo, en Charly hicimos dos noches seguidas, viernes y sábado. Pero dimos de baja esa idea porque pasaba que terminábamos rotos la primera noche y la segunda se complicaba. Como no lo hacemos por la guita, si nos tomábamos algunas birras de más el viernes el sábado no se disfrutaba tanto, y la idea de esto es disfrutarlo. Se trata de hacer todo de manera independiente y de conseguir los recursos de Larroque: la hamburguesa, el chori, el pan, la bebida, el sonido, que todo que sea de Larroque. A veces depende de los precios, obvio, pero si la diferencia es poca compramos todo local y gestionamos todo desde la organización.
-¿Todo se paga con la entrada?
– Sí, todo. Además, la esencia de Larrock N’ Roll es poder pagarles a las bandas también, que nadie toque gratis. Este año estamos complicados en ese sentido, pero llegamos a acuerdos con las bandas, porque está complicado para todos. Creo que el Municipio va a ayudar con los policías que se nos piden para el evento; el salón se consiguió un poco más barato; el del sonido, el Elvio, también nos hace un precio. Así con todo.
-¿Qué genera en Larroque el festival, en la gente del pueblo?
-Larroque… pueblo chico ¿no?, infierno grande. Y el rock es parte del infierno grande, digamos…
-Sexo, droga y rock and roll…
-Más rock and roll que sexo y droga (risas). Pero sí, imagínate que, de chicos, terminaba el evento y rompíamos toda la escenografía. La hacíamos pedazos. Nacía ahí y moría ahí. Pero no le hacíamos mal a nadie, ni era un bardo con nadie. Nos cagábamos de risa, esa fue la esencia siempre, pasarla bien. Creo que en el pueblo ha generado una marca interesante, depende siempre de la banda que venga. Para los diez años, vino Las Manos de Filippi, arrancaron a tocar de noche y terminaron de día, eso fue una fiesta, estuvo alucinante. Ahora viene Guillermina, que es una banda de Buenos Aires que ha tocado varias veces en Larroque, así que lleva su gente. Va a estar bueno.
-¿Qué más va a haber?
– Siempre fue como una materia pendiente el tema escenografía, pero hace poco, con la incorporación de nuevos integrantes a la organización, que son estudiantes del ISA (Instituto Superior de Arte), se le viene dando mucha bola. En cuanto a las bandas, de Gualeguaychú, toca El Clásico; de Gualeguay, Bohemia y Epistemia; de Larroque, Alcatraz, una banda mítica del pueblo. Tocan, también, Metralleta y Mosca de Patio, también de Larroque. Un dato no menor es que con las entradas que tenemos vendidas ya pagamos el sonido. Así que te diría que está todo dado para que sea una gran noche rockera.