IMPEDIMENTO DE CONTACTO

LA HISTORIA DE UNA ABUELA QUE NO PUEDE VER A SU NIETO

El 13 de septiembre, en Nogoyá, Entre Ríos, se realizará el segundo congreso nacional sobre impedimento de contacto, alienación parental y falsas denuncias, organizado por la Fundación Puentes. Una de las disertantes será la psicopedagoga Perla Cohen, que además de su experiencia profesional llevará su testimonio como abuela a la que no le permiten ver a su nieto.

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Perla Cohen habla con la seguridad de quien sabe lo que necesitan las infancias, pero también con la impotencia de estar impedida de ver crecer a su nieto. Licenciada en Psicopedagogía, docente, con trayectoria en hospitales y en la dirección de la escuela del Hospital de Niños, se define como alguien que heredó de su madre “el espíritu de ayudar”.

La vida de Perla cambió el 30 de abril de 2024. Ese día comenzó un proceso judicial que, hasta hoy, le impide ver a su nieto. “Mi hijo menor es el papá de esta criaturita. Él se fue de la casa porque había muchos conflictos y al día siguiente la mamá del nene le hace una restricción. La primera denuncia fue porque golpeó una puerta. Después vino una segunda, porque creyó ver el auto del padre de mi hijo cerca de la casa. Y una tercera, porque ya no estaba segura. Así, de abril a octubre, mi hijo estuvo con restricciones permanentes. Nadie averiguó si eso era real o una falsa denuncia”, relata, en diálogo con La Mala.

La situación se volvió cada vez más difícil. “El chiquito iba a un jardín muy cerca de casa y yo intentaba saber cómo lo veían. Un día me acerqué y la mamá lo había ido a buscar. Me insultó, me dijo de todo, no me dejó ni acercarme al nene. Ahí empezó la historia de esta obstrucción de vínculo”.

Intentos de mediación fallidos, audiencias a las que la madre nunca se presentó y una Justicia lenta hicieron que en estos meses el proceso se haga cada vez más doloroso. “La justicia va en carreta. Yo presento escritos, pido audiencias, pero el tiempo de la infancia pasa distinto. Por eso a la ponencia que llevaré al congreso la llamé ‘Tiempos de Justicia versus Tiempos de Infancia’”.

“La justicia va en carreta. Yo presento escritos, pido audiencias, pero el tiempo de la infancia pasa distinto”

La psicopedagoga explica que el mayor problema es el impacto sobre el niño: “¿Quién se perjudica en todo esto? Nosotros somos adultos, pero el nene quedó sin jardín, sin contacto con su padre, sin la posibilidad de manifestarse. La infancia no espera a que los expedientes se muevan”.

Con el paso de los meses, la búsqueda de respuestas la llevó a integrarse en redes de apoyo. “Me contacté con la Fundación Puentes, me escucharon y me dijeron: esto hay que visibilizarlo. A partir de ahí participé en entrevistas y congresos. Yo no quiero publicidad, quiero llegar a lo profundo. Quiero que la sociedad sepa que esto pasa en muchísimas familias”, comparte Perla.

Su rol como profesional también le permite poner en perspectiva la situación. “Una persona obstructora de vínculos, sea madre o padre, suele tener alguna patología narcisista que impide ver el bienestar del niño. Y ese niño crece escuchando que no tiene que ver a tal persona, privado de la mitad de su familia. ¿Cómo se cría así?”.

El Segundo Congreso Nacional, organizado por la Fundación Puentes, reunirá el 13 de septiembre en Nogoyá a psicólogos, abogados, peritos y especialistas para debatir sobre impedimento de contacto, alienación parental y falsas denuncias. Cohen será una de las disertantes.

“¿Quién se perjudica en todo esto? Nosotros somos adultos, pero el nene quedó sin jardín, sin contacto con su padre, sin la posibilidad de manifestarse”

“Mi intervención va a tener dos partes: por un lado, mi mirada como psicopedagoga sobre lo que necesita un niño; por otro, mi testimonio personal. No es fácil exponer tu vida, pero lo hago porque quiero que se entienda que el tiempo de la Justicia no puede ser más importante que el tiempo de las infancias”, subraya. Y agrega: “No voy a bajar los brazos. Esta familia no va a bajar los brazos. Nos está implicando dinero, desgaste, angustia, pero seguimos porque lo que está en juego es el bienestar de un niño”.

La historia de Perla Cohen no es única. “Sí, me encontré con muchos abuelos en la misma situación. Algunos ya en procesos de revinculación, otros todavía esperando. Todos vivimos la misma angustia de querer llevar un regalito y que nos cierren la puerta”, confiesa.

Por eso insiste en la necesidad de cambiar la mirada judicial y social. “Hoy cualquiera puede hacer una denuncia de violencia que después se prueba falsa, pero mientras tanto el daño ya está hecho. Y mientras tanto el niño crece aislado. Hay que actuar, porque detrás de cada expediente hay un chico que necesita afecto y vínculos”, expone. Y concluye: “No quiero que esto se quede en mi caso. Quiero que se sepa, que se hable, que todos podamos recuperar a nuestros nietos, que son los que más sufren, muchas veces sin comprender lo que pasa. La infancia no puede esperar”.