EN CONTRA DE LA LEY ÓMNIBUS
La cultura no se toca
En la tarde del martes 2 de enero, sectores representantes de la cultura se reunieron en la plaza Almeida para marchar en contra de los recortes que propone la llamada “Ley Ómnibus” propulsada por el gobierno actual. Desde LA MALA, buscamos declaraciones de algunos de los principales exponentes del arte en nuestra ciudad.
Siete y media. Hace calor y hay varias personas charlando, tomando mates y esperando a movilizarse desde acá, la plaza Manuel Almeida (ex plaza Colón), hasta los obeliscos. Valeria Bassini, quien es titular del centro cultural Sinergia Teatral, además de actriz, repartía volantes que decían: “Gracias al FNA Piazzola tuvo su piano en 1965. No a la Ley Ómnibus. La cultura no se toca” o “Somos la sala de tu pueblo que se restauró y te recibió. Que no te dejen sin teatro. No al cierre del INT.” Los carteles nombran instituciones. Fondo Nacional de las Artes e Instituto Nacional del Teatro, que con el proyecto de “Ley Ómnibus” dejarían de existir. También serían socavados el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto Nacional de la Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).
La diversidad cultural, el derecho de las personas a participar de la cultura y el acceso a las prácticas artísticas son parte de los derechos culturales, que serían perjudicados de manera directa con estas medidas. Es una decisión económica que vacía de recursos a todo el campo del arte independiente, y que pone en jaque a todo un campo laboral de trabajadores como, por ejemplo, actores, escritores, vestuaristas, bibliotecarios, entre muchos otros.
“Estas medidas atentan contra el sistema democrático constituido luego de la última dictadura militar y contra los derechos que conquistamos trabajadores de la cultura durante décadas”, declara el comunicado del colectivo Teatristas Autoconvocadxs de Entre Ríos, que fue uno de los principales organizadores del evento. “El rol del Estado, junto a los organismos antes mencionados, es fundamental para el sostenimiento de artistas, elencos y salas de teatro independientes (…) Sin este apoyo podrían subsistir solamente las grandes producciones que, generalmente, se desarrollan en ciudades de gran densidad demográfica”.
La falta de pluralidad y centralización del acceso a la cultura, irían en contra de la igualdad de oportunidades culturales. “Hay mucha gente que hoy ya no puede decidir si comprar un libro o no, se tiene que preocupar primero por comer. Gracias a los recursos que se quieren recortar, un chico de un barrio periférico puede escuchar una banda, ver una exposición de teatro, puede ir a una biblioteca, sacar un libro y leer. Incorporar cultura que le va a servir para su vida”, nos comenta Rodrigo Palma, secretario de la Biblioteca López Jordán.
-¿Cómo afecta al ámbito de las bibliotecas?
– Si ponemos el ejemplo de la biblioteca, si le sacas los recursos, la estas matando. La cuota es simbólica, no se puede ni siquiera pagar el sueldo del bibliotecario. Se hace un esfuerzo, es todo a pulmón. A un chico en la escuela le piden un libro, un manual, y no va a tener la plata para comprárselo, pero va a la biblioteca, donde hay un grupo de gente que trabaja desinteresadamente, sin cobrar uno peso y sin ánimo de llevarse nada para sí mismos, y la biblioteca le proporciona ese libro.
“La cultura, el arte, hacen al espíritu de la gente, hacen a la esperanza, hacen a la fe. A las personas, ese espíritu de querer crecer, de ser algo más, de seguir adelante, se lo da la cultura”. Rodrigo Palma
– Hoy dicen que nos van a sacar los recursos, por una ley que suma todos los poderes y ataca la constitución. A ese decreto lo usan para sacarle la cultura al pueblo, a la Nación. Con esto rompen el entramado social. Los recursos por los que marchamos implican el acceso a una mejor forma de vida de muchísima gente. El estado está para proporcionar mejores condiciones de vida. Para que vivamos en paz, prosperar, ser felices. Se marcha a favor del arte, de la cultura, de lo espiritual, del entramado social. No podemos dejar que se corte eso.
También conversamos con Nicolás Darchez, profesor de Letras, músico y creador de la editorial Oyé Ndén, quien tocó un aspecto que cambiaría brutalmente el mercado para el cual trabaja:
– Los puntos que se tocan en el proyecto de ley ómnibus, referentes a la cultura, son nefastos. Por ejemplo, te puedo hablar de la derogación de la Ley del libro. Provocaría una reacción en cadena compleja para el mundo de editoriales independientes, librerías pequeñas o de barrio, y dejaría el campo abierto para el monopolio de las grandes cadenas libreras, y editoriales grandes. El mercado quedaría libre para ellos.
-¿Qué establece la Ley del Libro?
– La Ley del Libro establece que el precio del libro es determinado por la editorial: si yo publico un libro, le pongo un precio y todas las librerías del país deben venderlo a ese valor. Entonces todas las librerías compiten en igualdad de condiciones. Si esta ley desaparece, un libro que tiene una librería chica, que puede haber sido comprado a la editorial con un descuento por una cantidad de, supongamos, cinco libros, debe ser vendido a un precio que le reditúa. Ahora bien, una librería grande, como por ejemplo Jenny, compra una cantidad muchísima mayor de libros, entonces consigue más descuento. Por lo tanto, puede vender ese libro a un precio mucho menor, por lo cual la librería chica no puede ni competir con ella”.
“Es momento de madurar democráticamente, de trabajar el consenso, de invertir tiempo, trabajo y creatividad para construir ampliamente un mundo donde quepan muchos mundos” Axel Waissel
También se hizo presente Axel Rex Waissel, representante de ARDE, la Federación de Cooperativas Culturales de la Argentina, con un comunicado que reconoce la necesidad de resistencia y de colectividad: “llamamos por un lado a la denuncia, a la movilización y a la marcha; y por otro, al fortalecimiento y organización de la sociedad civil con todas las herramientas de la cultura y nuestra historia. Es tiempo de darle el sentido político y social que entendamos a las instituciones. Es momento de madurar democráticamente, de trabajar el consenso, de invertir tiempo, trabajo y creatividad para construir ampliamente un mundo donde quepan muchos mundos”.
Podemos seguir con la multiplicidad de voces que se sumaron a la marcha: Socorro Barcia, docente, directora y referente del teatro independiente, se refirió a la eliminación del Instituto Nacional del Teatro (que se desempeña de manera autárquica y federal, y cuyos recursos que sostienen su actividad provienen del 10% de los ingresos de ENACOM sobre los impuestos a las publicidades en radio y televisión; más un pequeño porcentaje de los impuestos al juego de lotería nacional): “es un organismo que nos ha permitido sobrevivir, sobre todo al teatro independiente, que en general no depende el Estado. Institutos que nos respaldaban, tanto en la formación como en los materiales, están en peligro. Esta ayuda costó años tenerla, esto es un retroceso a un colonialismo absoluto.”
“Se marchó para decirle NO al proyecto de “Ley Ómnibus” que atenta contra la cultura independiente, contra el trabajo de miles de trabajadores y trabajadoras y el acceso a la cultura de toda la comunidad. Se marchó porque tenemos que defender la existencia de nuestros institutos autárquicos que garantiza la pluralidad de voces y de miradas y que todxs podamos contar nuestro hoy desde nuestros territorios. Porque todo esto atenta contra la identidad de nuestro pueblo aunque haya gente que aún no lo vea.” Para cerrar, el resumen perfecto de los motivos de la marcha, en palabras de Valeria Bassini.