Hablar de salud bucal es hablar de calidad de vida. La boca no solo cumple funciones vitales como la alimentación y el habla, sino que también puede ser una puerta de entrada o una señal de alerta sobre el estado general del cuerpo. Dolor, infecciones, pérdida de piezas dentarias o tratamientos postergados impactan no solo en lo físico, sino también en lo emocional, social y económico.
En Gualeguaychú, el acceso a la atención odontológica se da en un escenario marcado por la alta demanda, la crítica situación económica y las diferencias entre el sistema público y el privado. Para conocer cómo se trabaja en este contexto, La Mala conversó con Alberto Villamonte, odontólogo del Hospital Centenario Gualeguaychú y consultorio privado, y con Agustín Albónico, el jefe del Servicio de Odontología del mismo hospital.
Según los datos oficiales, en el Servicio de Odontología se realizan aproximadamente 1.200 atenciones mensuales. Entre ellas, prestaciones de distinta complejidad: algunas son sencillas y otras demandan más tiempo, como un tratamiento de conducto u otras cirugías.
“El número tal vez no es representativo de la cantidad de horas de trabajo que llevan algunas prestaciones y atenciones”, compartió Albónico, añadiendo que “existe un subregistro de demandas espontáneas: pacientes agudos que llegan y debemos resolverle el momento de dolor”.
“De un tiempo a esta parte, se ha incrementado muchísimo la demanda, por el tema económico y la crisis de las obras sociales, que no le brindan atención odontológica a la mayoría de los pacientes. El Hospital está absorbiendo toda esa demanda”, confesó el jefe de Servicio, el cual consta de 12 odontólogos, distribuidos en cuatro turnos y con diferentes especialidades.
“Se ha incrementado muchísimo la demanda, por el tema económico y la crisis de las obras sociales, que no le brindan atención odontológica a la mayoría de los pacientes. El Hospital está absorbiendo toda esa demanda”
Alberto Villamonte, quien ingresó en 2019 al servicio, demarcó algunas diferencias entre la atención en el sector público y en el privado: “En el momento de la planificación de la rehabilitación, en el sector público no contamos con todo el abanico de terapias que se pueden ofrecer, como sí ocurre en el privado. A nivel público, muchas veces, no podemos manejar la inmediatez de los turnos debido a la alta demanda, o se puede dificultar la planificación de procedimientos en quirófano. Hay ocasiones en las que no contamos con tecnología de punta que facilita algunos procedimientos”.
“La mayoría de los pacientes que concurre al Hospital vienen para realizarse exodoncias de piezas dentarias que ya no tienen salvación, en oposición con el consultorio privado, en donde el paciente viene a intentar salvar la mayor cantidad de piezas dentarias con diferentes tratamientos”, puntualizó el profesional.
En cuanto a las dificultades que enfrentan las personas para acceder a la atención odontológica, Villamonte fue determinante: “En el sector privado el obstáculo más importante es el económico, debido a los inconvenientes de la seguridad social con los convenios odontológicos, y en el caso de la atención pública uno de los principales inconvenientes para el acceso a la odontología es la gran demanda que hay, lo que puede dificultar o perjudicar la atención y el tratamiento oportuno”.
Además, Alberto exteriorizó su punto de vista: “Entiendo que la salud pública es de crucial importancia en nuestro país y que ofrece soluciones al sector de la población que no puede acceder al sistema de salud privado, pero pienso que siempre se puede mejorar. Más allá de dar nuestro máximo esfuerzo para ofrecer una atención de calidad, la salud bucal se encuentra relegada en el sistema de salud pública por falta de programas de promoción de salud y desarrollo en sistemas de prevención y rehabilitación”.
“La salud bucal se encuentra relegada en el sistema de salud pública por falta de programas de promoción de salud y desarrollo en sistemas de prevención y rehabilitación”
“Hay prácticas que actualmente se realizan en odontología, que en la parte pública no se realizan, como podemos hablar de implantes”, enunció, por su parte, Albónico, que ya tiene casi 40 años en su función. Y agregó: “Pero, por el otro lado, nosotros recibimos de la parte privada muchísimas derivaciones para resolverlas en la parte pública. Cirugías de terceros molares, intervenciones en el seno maxilar, entre otras. A lo que apuntamos siempre, es a preservar la salud bucal de la población, del usuario del Hospital. Es esencial, ya que cubrimos la necesidad de mucha gente, además de educarlos con respecto a los cuidados y la prevención de muchísimas enfermedades y lesiones”.
Por último, Villamonte no dejó pasar que en algunos casos existe falta de acceso a la salud bucal, ya que muchas veces se encuentran con “personas que vienen de barrios alejados del ejido urbano, que no cuentan con servicio de transporte público y no pueden llegar al Hospital, a lo que se suma en que, en algunos Centros de Salud, por falta de recurso, la atención odontológica se encuentra más limitada que en el servicio hospitalario. El tratamiento que se puede ofrecer desde el servicio público no alcanza a satisfacer muchas de las necesidades de los pacientes, ya que más allá de poder realizar múltiples tratamientos, no contamos con la estructura ni con los materiales necesarios para poder realizar las rehabilitaciones con diferentes tipos de prótesis”.
En un contexto social y económico desafiante, garantizar el acceso a la salud bucal sigue siendo una tarea fundamental. Las voces de Albónico y Villamonte dejan en claro que el compromiso de quienes conforman el sistema público es real, pero también que necesitan acompañamiento, recursos y políticas sostenidas para responder a una demanda cada vez mayor.
Entender a la salud bucal como un derecho —y no como un privilegio— es un paso clave para construir una sociedad más equitativa, en la que nadie tenga que elegir entre aliviar un dolor y llegar a fin de mes.