Género: una mirada urgente y necesaria sobre el programa económico de Milei y el trabajo

BRECHA DE GÉNERO

Género: una mirada urgente y necesaria sobre el programa económico de Milei y el trabajo

El mega decreto de necesidad y urgencia de Javier Milei propone una reforma laboral que impacta de lleno en la vida de las mujeres, las más pobres de la masa trabajadora. Es urgente encontrar un agenda común entre los feminismos que vuelva a poner en discusión la brecha salarial y el trabajo de las mujeres.

Texto: Laura Rothberg

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Ilustración: Diego Abu Arab

Hace menos de dos meses, el entonces candidato por La Libertad Avanza, hoy presidente electo, Javier Milei, sostenía frente a una audiencia multitudinaria que la brecha salarial era un invento, porque “Si las mujeres ganaran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de empleadas, pero como no es así, se puede ver que en cualquier empresa hay mitad varones y mitad mujeres”. En ese momento, en una argentina convulsionada por la disputa electoral, sus declaraciones pudieron analizarse desde el marco de la ignorancia o la provocación, hoy a la luz del paquete de medidas presentado se abre otro escenario.

La respuesta de un economista liberal como Javier Milei, es todo menos ignorancia, y éso quedó en evidencia cuando el 20 de diciembre se presentó el mega Decreto de Necesidad y Urgencia, con el que pretende, entre otras cosas, realizar una reforma laboral, que para las mujeres va a implicar un retroceso, ya que el programa económico que lo acompaña viene a agrandar aún más la desigualdad que existe desde hace siglos en las condiciones materiales de vida de las mujeres. Profundizando cada vez más la brecha salarial.

BRECHA SALARIAL Y MERCADO DEL TRABAJO PARA LAS MUJERES

En Argentina, la brecha salarial entre hombres y mujeres alcanzó un 26,6% en el tercer trimestre de 2023, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Es decir que en el mercado de trabajo las mujeres ganamos un 26% menos que los hombres.

Parte de la explicación de porqué las mujeres ganamos menos que los hombres, tiene que ver con la histórica división sexual del trabajo. En este esquema, los hombres suelen realizar el trabajo “productivo”, mientras que las mujeres nos desempeñamos en trabajos “reproductivos”, es decir tareas de cuidado que permiten garantizar el bienestar y la supervivencia del hogar. Esto es lo que se llama trabajo no remunerado o tareas de cuidado.

La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2021 del INDEC muestra que el 91,7% de las mujeres realiza trabajo no remunerado y le dedica un promedio de 6:31 horas diarias. En el caso de los hombres, sólo el 75.1% lleva a cabo este tipo de tareas y le dedican un promedio de 3:40 horas al día.

Si hablamos del cuidado de niños y/o adultos mayores a cargo, la cantidad de horas destinadas al trabajo no remunerado en ambos casos aumenta, pero la dedicada por las mujeres casi duplica a la de los hombres: alrededor de 9 horas y 4 horas y media, respectivamente. Sostiene el mismo informe.

Además, si bien es cierto que las mujeres trabajamos menos horas en promedio en empleos remunerados, es porque nos hacemos cargo mayoritariamente de esas tareas de crianza y cuidados, que es trabajo pero no remunerado. Y esto en definitiva afecta las posibilidades de estudio que tenemos las mujeres, o las de insertarnos plenamente en el mercado laboral, por lo que generalmente obtenemos empleos más precarios con ingresos más bajos y menor acceso a la seguridad social y peor calidad de vida.

También buena parte de las mujeres trabajadoras lo hacen en actividades que tienen promedios salariales más bajos como por ejemplo, el ámbito educativo o el de las trabajadoras de las casas particulares que tienen los salarios más bajos del mercado.

Todas estas cuestiones son las que influyen en la forma en que se compone la brecha salarial, ésa que Milei negó dos veces y que va a profundizar con la implementación de un programa económico que no tiene otro destino más que el de empobrecernos a todos, pero en particular a las mujeres.

UN DECRETO DE NECESIDAD Y URGENCIA PARA VOLVER AL TRABAJO ESCLAVO

El decreto 70/2023 de Javier Milei, es un programa de imposición de la libertad de mercado y la destrucción del derecho del trabajo. Las reformas laborales que pretenden instalar los sectores más concentrados del país, junto al gobierno de La Libertad Avanza, no traerán otra cosa que flexibilización laboral, y ya sabemos que eso siempre ha profundizado la desigualdad de las mujeres en el acceso al trabajo digno y de calidad, y a los ingresos.

Bajo el título “Modernización del régimen laboral para facilitar el proceso de generación de empleo genuino”, el DNU instituye una drástica disminución de la protección de las trabajadoras por no reconocer, que no es lo mismo que desconocer, la asimetría de poder en las relaciones laborales.

Veamos con un ejemplo concreto; el caso de las trabajadoras de casas particulares, el impacto del DNU para el mercado laboral de las mujeres:

El DNU elimina las multas por la ausencia o defecto en la registración de la Ley 24.013 (Ley de Empleo) Es decir, por ejemplo, que da lo mismo tener o no a una trabajadora registrada.

El DNU deroga el artículo 50 de la Ley 26.844 del Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, y cambia el sistema de indemnizaciones.

Antes cuando una trabajadora no había sido registrada y era despedida, tenía derecho a cobrar una doble indemnización. Ahora el artículo 58 del DNU establece que el empleador podrá despedir a una empleada sin justa causa, sin mediar preaviso y luego del periodo de prueba (que extiende de 3 a 8 meses) y deberá “abonar una indemnización equivalente a UN (1) mes de sueldo por cada año de servicio o fracción mayor de TRES (3) meses” Asimismo, remarca que la base de cálculo de la indemnización no contempla el aguinaldo

Estas medidas alcanzan aproximadamente al 25% de la fuerza de trabajo femenino. El trabajo en casas particulares es la puerta de entrada a un ingreso para las mujeres de sectores populares, entre las que son mayoría las jefas de hogar o mujeres de hogares monomarentales. Según estadísticas registradas por el INDEC 9 de cada 10 trabajadores de este sector de actividad son mujeres. Desde la puesta en vigencia de la Ley 26.844 del Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, 7 de cada 10 trabajadoras no son registradas, es decir que aún teníamos un camino muy largo por recorrer. Las metas ahora se alejan aún más. ¿Cuál será entonces, la necesidad y urgencia de agravar las condiciones de vida y de trabajo del universo de las trabajadoras de casas particulares?

URGENTE Y NECESARIA: UNA MIRADA DE GÉNERO SOBRE EL PROGRAMA ECONÓMICO DE MILEI

El movimiento de mujeres, o los feminismos, vienen hace mucho tiempo desarticulados y sin una agenda que aglutina reclamos. Es urgente y necesario que volvamos a una agenda común para poner en discusión el impacto que las medidas económicas de un gobierno como el de La Libertad Avanza tiene para nosotras las mujeres, y sobre todo para las mujeres de los sectores populares, aquellas a las que hace ya bastante tiempo, mucho antes de la llegada de los libertarios al poder, dejamos de representar. Es urgente que salgamos de las narrativas y los discursos que nos interpelan siempre a las mismas y que empecemos de nuevo a tejer redes, escuchando las demandas y las problemáticas que van mucho más allá de entender por empoderamiento femenino la libertad de subir fotos a una red social sin que nadie opine de nuestro cuerpo.

El debate por el aborto fue una demanda transversal que implicó el diálogo entre los diferentes “feminismos”, pero ¿qué pasó desde ese tiempo de pañuelos verdes hasta acá? No tengo las respuestas, sólo la certeza de que las demandas fueron perdiendo fuerza. Habrá que volver a encontrar una agenda que nos hermane a todas y ésa sea tal vez la de los derechos laborales y las tareas de cuidados.