EL CAMINO DE LA POESÍA
ESCRIBIR CON ORGULLO
Son poemas. Poemas que vienen de lejos y, a su vez, configuran la trama de un presente cargado de negación de sus identidades. En el Mes del Orgullo y en exclusiva para La Mala, el sentir y los poemas de Tomás Litta.
Tomás Litta no es sólo una promesa de la poesía en Argentina, sino un presente activo que irrumpió con dos libros sensibles, profundos y sinceros. Su forma de escribir va al hueso, expone sin dar vueltas acerca de los dolores y placeres que comparten miles jóvenes, quizás todes les jóvenes, en medio de sus búsquedas y vicisitudes. Pero, además, Tomás inscribe su poesía en el largo y dificultoso camino que han recorrido anteriores artistas, capaces de romper la negación y el silenciamiento que quisieron oprimir sus identidades. En el Mes del Orgullo, el lujo de tenerlo entre nosotres.
Tomás leyendo su obra frente a cientos de jóvenes en el ciclo de poesía «El Mamut» / Fotografía: Maia Alcire
¿Por qué escribir desde el orgullo? ¿Por qué en este contexto?
El orgullo es fundamental para pararse frente al mundo. Es una manera de plantarse y decir quiénes somos. Y la escritura viene con una carga identitaria muy importante. Para muchas identidades LGBTIQ+, la escritura fue (y es) una forma de poder nombrarse y enunciarse en un mundo que no las reconocía. A muchxs les han arrebatado tanto, que la escritura funcionó como un lugar desde el cual poder sobrevivir y enunciar sus identidades.
Por eso creo que debemos escribir siempre desde el orgullo. Para recordar quiénes somos, de dónde venimos y por qué estamos acá. Sobre todo, en este contexto, reconocer los nombres de quienes nos anteceden y con quienes escribimos. Porque, al final del camino, la escritura es un gran entramado colectivo. Pienso en Pedro Lemebel, Carlos Jáuregui, Lohana Berkins, Susy Shock, Marlene Wayar, Camila Sosa Villada, José Donoso, Manuel Puig, Diana Sacayán. Escritorxs fundadorxs de una pluma orgullosa y con quienes seguimos escribiendo colectivamente.
¿Por qué decidí escribir? ¿Por qué escribir estas poesías?
Escribo poesía porque me es necesario. Porque el cuerpo me lo pide como cualquier otra necesidad fisiológica. No pienso tanto en la productividad de la escritura sino en que la escritura me conmueva; que funcione como un bálsamo entre la hostilidad del mundo. Vivimos dentro de un sistema que cada vez te exige más cosas, más certezas, más productividad, más utilitarismo. Contrario a eso, siento que la poesía habilita una zona en la que poder abrazar las preguntas, la incertidumbre, los lugares sensibles. La poesía es una zona donde no hay culpa, no hay demanda de productividad ni obligaciones. Al fin y al cabo, por eso escribo: porque la poesía es un lugar lindo donde todo está bien, aunque sea por un rato.
ROMPER EL MUNDO
De nuestra infancia me acuerdo
las tardes,Luca, las tardes
que pasábamos pateando
las calles de Avellaneda
mientras la abuela dormía
la siesta en su cuartito
de Lafuente y Güemes
Me acuerdo Luca
de vos juntando
las piedras del piso
una por una, cada una
de distinto color:
con esto
vamos a romper el mundo,
decías y las guardabas
en los bolsillos.
De nuestra infancia me acuerdo también
la tarde, Luca,
la tarde que intentamos besarnos
clandestinamente en la plaza
y un señor grande se nos acercó
para decirnos que por favor
nos vayamos
que lo que estábamos haciendo
no estaba bien y que la abuela
se iba a enterar.
También me acuerdo
la vez que nos escapamos
después del almuerzo
y vos robaste una cerveza rubia
sólo para sentirte re zarpado
porque después
la escupiste toda
y la escondiste.
Me acuerdo Luca
del día que se murió la awe
como te gustaba decirle a vos
y me dijiste:
vayámonos Tomi, no nos quedemos acá
tenemos que romper el mundo
y yo te dije no, Luca
quedémonos y lloremos un poco
para romper el mundo
tenemos tiempo.
De la infancia me acuerdo
Luca, cada una de las cosas
que nunca se van a ir:
pasear por las calles de Avellaneda
flasheando que somos
inmunes al dolor del mundo
los besos ilegales
y la cerveza en la punta
de la lengua.
De nuestra infancia
me llevo, Luca
el recuerdo de tu fuerza
el día que te fuiste
para no llorar
y me dejaste
la mitad de las piedras
que guardaste:
rompé el mundo, Tomi
rompé todo.
*****
De repente
la belleza es
tu pelvis pegada a la mía
tu labio inferior
que se desarma
en mi boca
mientras transamos
con las Kumbia Queers
y nos volvemos
papelitos de colores.
(De Fruto rojo, Santos Locos, 2019)
*****
De repente
soy valiente
me levanto de la cama
y salgo a tomar sol;
papá hace asado
y me explica
cómo arreglar
las cosas que se rompen.
Le digo que el amor
a veces no puede arreglarse
y él me dice
que si no se puede arreglar
no es amor,
que él sabe.
(De Fruto rojo, Santos Locos, 2019)
*****