MATICES DE UNA INTERNA PERMANENTE

EL PJ ENTRERRIANO NO VOTA

Si bien la condena de CFK forzó las señales de unidad a nivel nacional, las fotos son sólo eso, fotos. En el PJ de Entre Ríos la cosa no está mucho mejor: su conducción decidió que no haya internas y, así, legitimar a sus candidatos. En el Senado el bloque se rompió y perdió la mayoría. Las similitudes con el 2021, cuando Eduardo Kueider era el todopoderoso armador de listas, y el horizonte 2027 que se empieza a imponer.

Texto: Luciano Peralta | Ilustración: Diego Abu Arab
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El Partido Justicialista (PJ) intenta todavía, en el mejor de los casos, unir los pedacitos en que voló por el aire hace varios años atrás: primero, en plena pandemia, con la disputa a cielo abierto protagonizada por el kirchnerismo y el albertismo -si es que alguna vez existió algo así-; después, con el sorpresivo triunfo de Javier Milei en las urnas y el estrepitoso ascenso de La Libertad Avanza (LLA).

El poder político acumulado en este año y medio por el presidente Milei, a fuerza de recortes y relativo control de la inflación (Alberto Fernández dejó la presidencia de la Nación con una inflación acumulada en su gobierno de 1.020 %) encuentra cierta resistencia opositora en la provincia de Buenos Aires, donde el gobernador Axel Kicillof fue reelecto con un aplastante triunfo de 20 puntos de diferencia sobre Néstor Grindetti, representante del extinto Juntos por el Cambio. 

Pero el “candidato natural” del peronismo e hijo pródigo de CFK no la tuvo fácil: como en 2022, cuando renunció a su banca y le generó un vacío de poder a Alberto Fernández, otra vez Máximo Kirchner protagonizó la nueva-vieja-siemprepresente interna peronista. En esta ocasión, en contra del gobernador de Buenos Aires, distrito que representa el 37,4 % del electorado nacional.

La disputa respondió al no alineamiento de Kicillof con CFK en las internas partidarias, a la fecha de las elecciones bonaerenses, al armado de listas, al bastón de mariscal, al poder en el partido político más importante del país, o a todo junto. No sé. Lo cierto es que, una vez más, no se escatimaron en dardos venenosos, de uno y de otro lado del espectro.

“El peronismo y, más allá, el amplio campo que conecta al centro con la izquierda, vio en esa plaza estallada de gente una llama de esperanza ante tanta derrota inercial, ante tanto júbilo libertario”

Lo que sí es claro es que la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) de no hacer lugar a la queja presentada por la defensa de la ex presidenta Cristina Fernández y, de este modo, dejar firme la condena a seis años de prisión efectiva por los delitos de Asociación ilícita y Administración fraudulenta agravada por haber sido cometida en perjuicio de la administración pública, generaron una rápida respuesta de la cúpula peronista. 

El espanto logró lo que la dinámica interna del PJ no había podido. Entonces, salió la foto, inconcebible hace cinco minutos atrás, en la que se pueden ver juntos a referentes como Sergio Massa, Máximo Kirchner, Maira Mendoza y extrapartidarios de peso como Juan Grabois y Guillermo Moreno, por nombrar sólo a los más taquilleros. 

Lo que vino después está bastante fresco: Cristina, el baile en el balcón, la exacerbación del gorilismo más profundo e histórico en la cultura política argentina, la Plaza de Mayo desbordada por una multitud que, si miramos para atrás, puede compararse con las marchas en defensa de la universidad pública del año pasado, pero más grande y con otra impronta. 

El peronismo y, más allá, el amplio campo que conecta al centro con la izquierda, vio en esa plaza estallada de gente una llama de esperanza ante tanta derrota inercial, ante tanto júbilo libertario. En las bases el reclamo sigue siendo el mismo de hace tiempo: unidad programática.  

Ahora, será tiempo de ver si esa demanda de base se traduce en construcción real de una alternativa concreta o se diluye como agua entre los dedos en un internismo insoportable, que hace años resta más de lo que suma. Las elecciones son en octubre y, más allá de las genuinas esperanzas del antimileísmo, parece difícil generar en cuatro meses lo que no se pudo o no se quiso hasta ahora. Aunque, es cierto, ahora la líder del partido más grande del país está presa y proscripta. Eso algo cambia. El escenario sigue abierto.

SIN INTERNAS EN ENTRE RÍOS

En el PJ entrerriano no habrá internas. Esa era la intención del oficialismo, representado por su presidente, José Orlando Cáceres. No habrá elecciones el próximo 6 de julio, y los candidatos del peronismo entrerriano serán los respaldados por la oficialista Lista 2: Adán Bahl encabezará los candidatos al Senado de la Nación y Guillermo Michel irá por Diputados. Así lo dispuso la Junta Electoral partidaria, desde donde se argumentaron tecnicismos y formalidades, como la falta de abales y cuestiones por el estilo, que parecen responder más a una decisión política de que no haya internas a un apego irrestricto a las normas institucionales del partido. 

Así, la Resolución Nº 08 de la Junta Electoral del PJ entrerriano resolvió en su Artículo 1°: “Rechazar las precandidaturas presentadas por las listas Nº 1 “Agrupación Evita”, Nº 7 “Por una Entre Ríos Potencia”, N° 10 “PAR – Peronismo Amplio Renovador” y N° 177 “Tres Banderas”. Mientras que su Artículo N°2 resuelve “aceptar las precandidaturas presentadas por la lista N° 2 “Desafío Peronista”. 

Desde “PAR” solicitaron acceder a la documentación presentada por la lista oficialista (la única de las cinco presentadas que no fue rechazada), pero se encontraron con la negativa de la Junta Electoral.

El Peronismo Amplio Renovador (¡qué tres palabras caras a la política argentina!) es un nuevo paraguas que busca convocar a las bases militantes para “mostrar otra cosa” y “para construir de abajo hacia arriba”, confió a La Mala uno de los armadores del espacio en Gualeguaychú. Ese “otra cosa” posiciona al espacio por fuera del “status quo partidario”, en palabras del mismo dirigente sub 40. Y sí, lo de “renovación” en el nombre no es casualidad: Damián Arévalo (43), intendente de Feliciano, encabeza la lista filo kirchnerista.

Pero hoy, el poder del peronismo entrerriano gira en torno a la figura del gualeguaychunse y hombre fuerte del massismo Guillermo Michel (48), a quien se le reconoce tanto su inteligencia y preparación como su habilidad para construir poder. Antes del cierre de listas, pudo mostrar el respaldo del bloque peronista en la Cámara de Diputados y del bustista Frente Entrerriano Federal.  

Michel fue el segundo de Ricardo Etchegaray en la AFIP, asesoró y se ganó la confianza de Sergio Massa (antes, de Pemo Guastavino y de Miguel Ángel Pichetto) y estuvo al frente de la Dirección de Aduanas en el último tramo del gobierno del Frente de Todos. Allí, su misión fue cuidar los dólares que ingresaban al país.

“Michel quiere ser gobernador en 2027. Y, obviamente, para que haya 2027 primero tiene que haber 2025. El camino es el que hizo Rogelio Frigerio, quien ganó en las legislativas del 2021 para desembarcar en la gobernación dos años después”

Guille, como le dice su círculo inmediato, es un hombre de la política. Entiende donde está y a qué juega. Y, en la superestructura, se mueve como pez en el agua. Por eso, también, encolumna detrás suyo a pesos pesados como Bordet y Bahillo, y a la mayoría de los intendentes. Michel quiere ser gobernador en 2027. Y, obviamente, para que haya 2027 primero tiene que haber 2025. El camino es el que hizo Rogelio Frigerio, quien ganó en las legislativas del 2021 para desembarcar en la gobernación dos años después. Pero esa es otra historia. Una historia que, para los tiempos y la dinámica de la política, es casi futurología. 

Sigamos con el ordenamiento interno: Otro de los espacios que puso el grito en el cielo tras el rechazo de la Junta Electoral fue la Lista Nº 1 “Agrupación Evita”, que llevaba a los inoxidables Héctor Maya, como candidato a senador, y José Allende (mandamás de UPCN hace más de 30 años), encabezando Diputados. Son dirigentes que están en retirada, pero que conservan cierto peso en la política entrerriana. De hecho, trascendió que Maya podía mover influencias nacionales para que el partido sea intervenido en Entre Ríos, algo que parece más fuego de artificio para los portales de noticias que una remota posibilidad. 

Las otras dos listas presentadas y también rechazadas fueron testimoniales y no aportan demasiado, ni al armado real, ni a los títulos de la prensa. 

La falta de conducción política en Entre Ríos es un reflejo de lo que pasa a nivel nacional. De hecho, la semana pasada la senadora por Federal, Gladys Domínguez, -clave en la aprobación de la OSER, obra social que remplazó al Iosper- anunció su salida del bloque pejotista, con lo que el espacio pierde la mayoría de la Cámara Alta entrerriana y le da aire al oficialismo.

En ese marco, el peronismo decidió no ir a internas. Más allá de las críticas, en el partido de Juan Perón, el poder se ejerce. Como lo ejerció Edgardo Kueider mientras lo tuvo. De hecho, el concordiense, como jefe de campaña, fue un actor central en el armado de listas en la derrota de las legislativas del 2021 que dejó a Enrique Cresto fuera de cualquier pretensión a ocupar el sillón de Urquiza.

Pero, si bien en el peronismo el panorama no parece mucho más alentador que hace cuatro años atrás, Michel no es Cresto y en política todo puede suceder.