El closet de la academia: ¿A quiénes le hablan las ciencias sociales?

DESAFÍOS DEL AQUÍ Y AHORA

El closet de la academia: ¿A quiénes le hablan las ciencias sociales?

Arqueoterra es una cooperativa de trabajo cultural y científica fundada en el año 2015 que reúne antropólogxs, arqueólogxs, historiadorxs y museólogxs que desarrollan proyectos comunicacionales, pedagógicos, de investigación, acción participativa y consultoría.

Texto: Arqueoterra

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Ilustración: Diego Abu Arab

¿A QUIÉNES LES HABLAN LAS CIENCIAS SOCIALES?

El propósito de estas líneas es presentar una nueva propuesta práctica, política y teórica en construcción. Asumimos el trabajo de pensarnos y manifestarnos para visibilizar las estructuras sociales que excluyen, marginan o violentan a miles de personas bajo las actuales condiciones materiales del capitalismo tardío (aquel que emerge, siguiendo a Bifo Berardi, bajo las lógicas financieras especulativas globalizadas). Tanto en otras partes del mundo como acá, en Argentina, los círculos universitarios y académicos conviven con muchísimos ámbitos de la vida social, pero no siempre se establecen diálogos.

Realizamos esta labor en un escenario de post-pandemia Covid19, en el que un nuevo virus estaría generando neumonía en la población infanto-juvenil de China. A su vez, la comunidad científica registró recientemente 2º C de aumento de la temperatura en la Tierra, debido al calentamiento global, lo cual a futuro seguirá ocasionando catástrofes climáticas. También tiene lugar la escalada bélica que se desarrolla entre Rusia y Ucrania en territorio ucraniano, además del conflicto entre Palestina e Israel, en territorio palestino con los recurrentes ataques en la Franja de Gaza. Y, cabe destacar también, nos situamos en un contexto que la antropóloga argentina Rita Segato denominó patriarcado de alta intensidad.

Nos encontramos en una avanzada de grupos reaccionarios que ganaron en democracia las elecciones en Argentina, que a su vez pone en alerta (por paradójico que parezca) a la democracia misma. Parafraseando a Karl Popper, la democracia como sistema permite el gobierno de distintos signos políticos, pero no debe permitir que el poder lo asuman personas intolerantes que pregonan valores contra la democracia misma. Pero eso sucedió en nuestro país: consiguieron hacerse con el gobierno y el Estado. Se votó una nueva gestión política contra los sectores más vulnerables de la sociedad.

Se votó en contra de las diversidades, en un contexto de capitalismo tardío que hipersexualiza feminidades en pos de promover la comercialización de las corporalidades en nuestra sociedad de consumo de raíz norteamericana y eurooccidental. El sexo y la intimidad doméstica que fueran sólidos, siguiendo a Karl Marx y a Paul Preciado, empiezan a volatilizarse en el aire.

SALIR DEL CLOSET

Entonces, ¿a quienes les hablan las Ciencias Sociales? ¿a quienes les hablamos desde las Ciencias Sociales?

Cuál closet, parece que la academia del conocimiento nos ha encerrado. Pero la preocupación crece todos los días. Preocupa el avance de los ataques a las disidencias en Argentina, bajo un nuevo auge de grupos reaccionarios que se sienten habilitados a violentar otredades al sentirse representados por una nueva gestión que descalifica disidencias y avala en sus discursos y prácticas violencias ejercidas contra otras corporalidades y diversidades.

Parece no haber sido suficiente con un llamado a la Memoria, Verdad y Justicia, haber realizado en el país excavaciones en Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Extermino (CCDTyE) que operaron en la última dictadura cívico militar y los tantos juicios de Crímenes de Lesa Humanidad contra los principales responsables de las violencias políticas. Tampoco fue suficiente repasar, refrescar y visibilizar la historia reciente de la crueldad y el posterior auge de la violencia neoliberal (que explotó en 2001) en cada ámbito de las instituciones educativas de las que formamos parte.

“Consideramos primordial el financiamiento en ciencias y tecnologías para el desarrollo de nuestro país”

Como profesionales del campo de la antropología y de la arqueología, nos preocupan las políticas de ajuste y recorte de fondos a la investigación en el Conicet y en lo que aún es el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que será degradado a secretaría. Consideramos primordial el financiamiento en ciencias y tecnologías para el desarrollo de nuestro país. Enfatizamos que, trayendo al filósofo francés Michel Foucault, no hay poder sin resistencias, y desde las Ciencias Sociales argentinas podemos construir trincheras de resistencia frente a los poderes neoliberales financieros globalizados.

De existir una serie de preceptos para (y desde) las prácticas antropológicas y arqueológicas serían a nuestro entender: ejercer una conciencia socio-histórica, política, económica, también desde la geopolítica; indagar, cuestionar, desnaturalizar, deconstruir, incomodar, poner en cuestionamiento el llamado “sentido común”. Uno de nuestros lugares es el de estar en alerta y denunciar la vulneración de derechos, una actividad contestataria, insertándonos en los intersticios sociales, mostrando las contradicciones del sistema capitalista. Y, siempre que se pueda, marchar, ocupar las calles acompañando a los movimientos sociales del campo popular.

Por lo que, más que hablarle a alguien desde las Ciencias Sociales, defendemos una idea: lo crucial es relacionarnos, construir respuestas en diálogo y organización en todos los territorios posibles. Asumiendo el lugar desde el que escribimos, insertándonos en contextos comunitarios, fortaleciendo el debate, la reflexión y las acciones colectivas.

No hay tiempo que perder: hay que salir del closet de la academia.