Nuestra ciudad es pionera en cuanto a las decisiones políticas y obras de infraestructura relacionadas a la protección y el cuidado del agua, como la Planta de tratamiento de efluentes cloacales. Además, Gualeguaychú es, después de Rosario, la segunda ciudad del país que conmemoró la semana del Derecho Humano al Agua (tomado de Naciones Unidas, que declaró el 28 de julio como el Día del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento).
En Santa Fe se habilitó el plazo para la presentación de proyectos de reforma ante la Convención Constituyente y una de las propuestas ingresadas es, justamente, la incorporación del Derecho Humano al Agua como artículo constitucional, y el reconocimiento de personería jurídica o condición de sujetos de derecho a los ríos, humedales, lagunas, arroyos y cuencas hídricas de la provincia.
El impulsor del proyecto es Aníbal Faccendini, docente universitario y director de la Cátedra del Agua y del Centro Interdisciplinario del Agua de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quien desde hace años promueve acciones legales y pedagógicas para visibilizar la importancia del agua como bien común y derecho básico. La Mala dialogó con él.

El agua nos constituye, no somos sin agua; el agua nos da vida y, también, recreación, naturaleza y paz
“El agua es fundamental, no solo para los seres humanos, sino para todas las especies vivas. Por eso, planteamos que el acceso al agua y al saneamiento sea reconocido como un derecho humano esencial en la Constitución de Santa Fe”, explica Faccendini. “También proponemos que los cuerpos de agua, como los ríos, humedales o arroyos, sean considerados sujetos de derecho o tengan personería jurídica protectiva. Eso implica que puedan ser defendidos, que se los respete y que su destrucción o contaminación tenga consecuencias jurídicas”.
Según Faccendini, la propuesta tiene un amplio respaldo social: “Está acompañada por juristas, académicos, artistas, sindicalistas, empresarios y vecinos. Es una construcción colectiva, porque el agua atraviesa todos los aspectos de la vida. Sin agua, no hay ni salud, ni producción, ni convivencia posible”.
En ese sentido, el director de la Cátedra del Agua sostiene que no se trata solo de un reclamo ambientalista, sino de justicia social y defensa de los Derechos Humanos más básicos: “En Santa Fe hay 400.000 personas que no acceden integralmente al agua. Es decir, es como si cuatro ciudades de Gualeguaychú vivieran sin agua segura todo el año. Y en la Argentina hay 7 millones de personas en esa situación. ¿Cómo se puede hablar de desarrollo, de igualdad, si no garantizamos el acceso al agua potable?”.
“En Santa Fe hay 400.000 personas que no acceden integralmente al agua. Es decir, es como si cuatro ciudades de Gualeguaychú vivieran sin agua segura todo el año”
La propuesta también parte de una realidad preocupante: el mundo enfrenta una crisis hídrica sin precedentes. “Los estudios científicos dicen que para 2050 el consumo de agua aumentará un 40%, y el 60% de la población podría tener serias dificultades para acceder al agua. Entonces, esto no es una preocupación lejana, es una urgencia actual. Necesitamos instrumentos jurídicos, educativos y políticos para proteger el agua antes de que sea demasiado tarde”.
“La Constitución no es solo un texto legal, es también un mensaje político y cultural. Si Santa Fe reconoce este derecho y esta figura jurídica para el agua, puede convertirse en una provincia pionera en América Latina”, agrega Faccendini, quien se muestra optimista ante la aprobación del proyecto: “La recepción ha sido buena. Hay sensibilidad social y conciencia entre muchos convencionales. Por supuesto, hay sectores que todavía carecen de información científica o empatía ambiental, pero son minoría”.

El agua es parte de nuestra idiosincrasia; hoy, la acción humana sobre la tierra genera inundaciones cada vez menos predecibles
Una de las ideas centrales del proyecto es el concepto de “ambientalismo inclusivo”, que, según el académico, no excluye a ningún sector: “Nosotros no planteamos una visión enfrentada entre ecologistas y productores. Lo que queremos es un ambientalismo realista, donde estén incluidos todos: las personas humanas, las especies no humanas, los industriales, los agroganaderos, los comerciantes. Nadie puede producir sin agua buena. Se necesitan 15.000 litros para un kilo de carne, 2.000 litros para uno de soja. Si no cuidamos el agua, no hay economía posible”, destacó.
“La idea de que la naturaleza tenga derechos no es nueva. Ya se aplica en Nueva Zelanda, en India, en Perú. Francia le reconoció protección especial al Sena. España también. Entonces, ¿por qué no Santa Fe?”, planteó el docente. El reconocimiento de personería jurídica a los ecosistemas implica que puedan ser representados legalmente, que existan herramientas jurídicas para parar su degradación y que se tenga en cuenta que no son sólo recursos a explotar, sino sujetos con valor intrínseco y función vital para la vida en el planeta.
“Nadie puede producir sin agua buena. Se necesitan 15.000 litros para un kilo de carne, 2.000 litros para uno de soja. Si no cuidamos el agua, no hay economía posible”
Sin embargo, el profesional reconoció que lograr este cambio no es fácil, pero sí posible: “Hasta hace unos años, tirar basura en la plaza era algo normal. Hoy lo rechazamos socialmente. Lo mismo tiene que pasar con el agua. Tenemos que aprender a respetarla, cuidarla, no solo porque la necesitamos, sino porque es parte de nuestra ética hacia el planeta. Sumando con paciencia y perseverancia, se pueden modificar las cosas. Esta reforma constitucional es una oportunidad histórica para que Santa Fe avance hacia un modelo más justo, más respetuoso, más consciente. Donde el derecho al agua esté garantizado y donde los ríos, lagunas y humedales no sean más tierra de nadie”.
Nobleza obliga: en el último tiempo, en Gualeguaychú, fuimos testigos de muchos hechos que nos hacen retroceder en cuanto al tratamiento de nuestros recursos naturales. Efluentes industriales sin tratar, residuos urbanos y agrotóxicos son parte de un problema que, en algunos casos, estamos muy lejos de resolver. Como decíamos, nuestra ciudad es pionera en cuanto a las decisiones políticas y a obras de infraestructura relacionadas a la protección y el cuidado del agua. Sigamos luchando por ello.