El mural “Pachamama”, del Guri, uno de los grandes artistas de la Gualeguaychú contemporánea, había sido incorporado al régimen de protección patrimonial mediante la Ordenanza Nº12673 del año 2022, lo que implicaba que cualquier intervención debía ser previamente autorizada. Sin embargo, la obra fue rota (producto de la apertura de ingresos en la pared sur del ex Cine Palma), sin que existiera una modificación previa de la norma, situación que motivó duras críticas de la oposición peronista y abrió un debate sobre las responsabilidades del Ejecutivo municipal y el respeto a las normas de preservación cultural.
El jueves, durante la primera sesión extraordinaria, varios concejales remarcaron que la discusión llegó tarde, ya que el daño al mural era un hecho consumado. Desde ese lugar, se cuestionó que el Concejo Deliberante terminara “convalidando” una situación irregular mediante la derogación del Artículo 100 de la ordenanza, en lugar de discutir previamente si correspondía o no quitarle la protección patrimonial.

Los funcionarios oficialistas, en cambio, defendieron la decisión señalando que el mural ya se encontraba deteriorado, que no se habían cumplido correctamente los pasos administrativos al momento de declararlo patrimonio (en particular, el notificar a la Iglesia que el mural que se ubicaba en una pared de su propiedad era patrimonio de la ciudad) y que el nuevo proyecto arquitectónico traerá beneficios urbanísticos y culturales para la ciudad.
Desde el bloque de Más Por Entre Ríos Gualeguaychú (PJ), que votó en contra, el planteo fue contundente: la ordenanza estaba vigente y debía respetarse. Para estos concejales el problema no fue el proyecto en sí, sino la decisión de avanzar sobre un bien protegido sin autorización previa y luego modificar la norma para adecuarla a los hechos.

También se advirtió que este antecedente debilita el sistema de protección patrimonial de la ciudad y deja un mensaje peligroso: que el patrimonio puede ser vulnerado y luego “regularizado” por vía legislativa. Además, se reclamaron explicaciones al Ejecutivo municipal por no haber intervenido a tiempo ni haber evitado la destrucción del mural.
Finalmente, los cinco votos del oficialismo (Jorge Roko, Juan Pablo Castillo, María José Carro, Vanina Basaldúa y Raimundo Legaria), a los que se le sumaron los dos de La Libertad Avanza (Marcelo Rodríguez y Mirtha Sulzyk) y el de Micaela Rodríguez (UCR), fueron suficientes para derogar la protección al mural. En tanto, los concejales del PJ (Jorge Maradey, María Sira Ghisi, Delfina Herlax y Emiliano Zapata) votaron en contra, mientras que Maximiliano Lesik (UCR) decidió abstenerse.
«construir una identidad colectiva a través del arte»
En diálogo con La Mala, el autor del mural, Guri, habló sobre sus propósitos para hacer este proyecto: «Surgió por iniciativa propia, después de pasar muchas veces por esa esquina, ver el deterioro y color gris. Me motivó la idea de hacer el mural más grande de Gualeguaychú».
Además, resaltó que no fue facil intervenir esa pared: «Para hacerlo, fue necesario obtener la autorización del obispado, en ese momento fue todo un desafío para mi. Pero pude gestionar el permiso».
«En general, uno pintando en la calle acepta lo efímero del arte, y sabe que esto puede suceder. Pero también hay un sentido de pertenencia cuando toma tanto trabajo hacer este tipo de obras, y lo que significan para la ciudad. Mi aporte es construir una identidad colectiva a través del arte y contribuir a Gualeguaychú desde mi trabajo», confesó Guri, sobre lo sucedido en los últimos días.

Y continuó: «Desde mi visión que los murales se consideren patrimonio es un honor y un motivo para seguir produciendo en mi ciudad natal. Creo que se deben implementar políticas de protección y apreciación».
«En este proyecto en particular me parece importante que la ciudad se desarrolle y todo lo que aporte a su crecimiento es algo positivo. En mi parte como artista me gustaría que se consulte o se realice alguna alternativa para seguir preservando el arte y los murales en la ciudad», concluyó el artista.
¿CONCLUSIONES?
Más allá del resultado, la sesión dejó planteadas varias discusiones pendientes: ¿para qué se declara un bien como patrimonio cultural? ¿Qué responsabilidades tiene el Ejecutivo en su protección? ¿Cómo se compatibiliza la inversión privada con la preservación de nuestro arte? ¿Qué mecanismos deben fortalecerse para evitar que situaciones similares vuelvan a repetirse? Varios de las y los concejales que tomaron la palabra el jueves hablaron de avanzar sobre varios de estos interrogantes. Sería importante que lo hagan.
