una imagen, mil palabras

una imagen, mil palabras

En nuestra 40° edición quisimos hacer algo para reflejar la pluralidad de voces a la que pretendemos abonar desde La Mala. Para eso, salimos con «Una imagen, mil palabras», producto de las disímiles expresiones y puntos de vista que puede generar una misma imagen.
La realidad es que no hay una realidad.

Ilustración: Diego Abu Arab


Santo Uno – Artista, pintor, muralista

“La imagen me coloca como espectador, encerrado en una cárcel, donde la única posible salida está cubierta por un león que está entrando. Me siento acorralado.”


Mauricio Davico – Intendente de gualeguaychú

 “La primera impresión es que el Presidente la tuvo muy difícil al principio y transcurrido el tiempo fueron mejorando las alternativas para salir de ese inicio complicado. También más cauteloso y en alerta.”


Susana Lizzi – Escritora, poeta y docente

Principio animal


Alejado de la naturaleza

pensé en correr las rejas de mi jaula

mirar el universo

completar el círculo vital.


Del lado de la sombra

no había nada. 

Los leones somos como espadas

nos llama la sangre.


Veo la luz y me atravieso

El fantasma de mi rugido me persigue.


Sé dónde voy.

Si mi cabeza está libre

yo estoy libre.


Margarita – Estudiante de primer grado , 6 años

«Veo un león en una cárcel. Se está escapando, se va a la selva porque vive ahí. Se va contento porque escapó de la cárcel a ver a sus amigos. Si fuera un dibujito animado, se llamaría Leo. Le gustaría patinar, como yo. En la selva están sus amigos, que son un tigre y otro león.»


Nahuel Otero – Presidente de la Cooperativa Eléctrica Gualeguaychú, Contador y Docente

“No puedes controlar lo que te sucede en la vida. Pero si puedes controlar y decidir que hacer con lo que te sucede. La libertad mental es la mayor de las libertades, nadie puede apoderarse de ella, por más cerrado que parezca el problema al final siempre existe una solución.”


Sofía Ghiglione – ex concejala por el partido justicialista

Lo primero que se me viene a la mente con la imagen es relacionarlo con el contexto actual político de nuestro país, en el que nuestro presidente se autorreferencia con un león. Al pensar en un león uno tiene que pensar en un animal salvaje que está en una de las puntas de la cadena alimenticia y que es depredador de muchas especies.

En esa línea, viendo la jaula, lo que pienso es que en Argentina habíamos construido determinado consenso social y político, en el que habían lineamientos que estaban claros, eran aceptados por todos y no se tocaban. Muchos leones quedaron enjaulados, después de procesos muy duros para nuestro país, como lo fue la dictadura. Esas personas que no entendían la democracia, que no entendían el respeto al otro, habían quedado segregadas.

Sin embargo, creo que hubo cambios culturales en este último tiempo que son muy difíciles de comprender: han permitido que esas rejas se vayan separando y que estos animales salvajes estén saliendo y demostrando la agresividad contra los más débiles. Afloran cuestiones como la antidemocracia, el desconocimiento de la justicia social, de la empatía, de la construcción comunitaria de la sociedad. Creo que en este momento del país está muy a flor de piel la ley de la selva, en donde el «león», está ocupando el cargo de mayor relevancia en nuestro país y ataca a los más débiles sin tener ninguna consideración.


Américo Scwartzman – Periodista. Doctor en filosofía (UNSAM)

Me pidieron colaboración para “Una imagen, mil palabras” para celebrar la existencia de La Mala, sus milagrosos y reparadores 40 números. Y la imagen disparadora, el dibujo del gran Diego Abu Arab, me recordó unas décimas que había empezado y dejé en el camino. Las retomé por su culpa. No llegué (por suerte) a mil palabras. Son solo algo más de la mitad. Y en décimas, un registro métrico que me encanta, que atrevidamente ejerzo de vez en cuando (hasta me publicó un librito el inefable Ricardo Maldonado, de El Tren Zonal). Y (me parece) hasta ahora no había compartido ninguna con la querida gente que se anima a hacer La Mala. Vayan entonces estas doce décimas en homenaje a esta publicación valiosa que trae aire fresco cada semana (en medio de un presente que agobia). Y, en medida muy medida, como un intento de aventar fantasmas horribles que usan máscara de león, se peinan como león, imitan el rugido de león, pero en el fondo no son más que los mismos “pestíferos gerifaltes” de siempre. Salud, La Mala. Y gracias.


DOCE DÉCIMAS EN TIEMPOS DE MILEI

Bronca y desesperación,
mil razones del hartazgo,
pobreza, mal liderazgo,
desigualdad, recesión.
Añádase corrupción
y el cinismo como rey.
Y así el pueblo como un buey
—sordo, bufando y nervioso—
eligió tirarse el pozo
que ofrece Javier Milei.

Lágrimas y excusas ya fueron.
Cada cual a hacerse cargo,
en vez de tirar el bardo
a jóvenes y veinteañeros.
Si de arriba no cumplieron
las promesas de inclusión
y hoy hay media población
allá abajo en la pobreza…
Triste. Pero no es sorpresa
que ésta fuera la reacción.

Los de arriba, a no dudar,
son los grandes responsables
somos todos los demás,
que vimos consolidar
un sistema de exclusión
y (por acción u omisión)
no frenamos esa combi
ocupados, siempre zombis,
de la propia situación.


No me puedo resignar
y parece inevitable.
La razón inexorable
por la que vino a ganar
es ese combo fatal
que pocos han advertido.
Es un mix bien colorido
y brilla entre varias causas:
si la izquierda es pura farsa
un Milei queda servido.

Y se las da de león
insobornable, rabioso
pero es más que vergonzoso
ver cómo pierde el control.
Y cuando mirás mejor
su desplante tan furioso
nunca va a los poderosos
que lo de todos rapiñan.
Con ellos, bien dijo Myriam,
es “un gatito mimoso”.

Habrá que aguantar cuatro años
por más que no sobren ganas.
Soportar diez mil macanas
avisando del engaño:
que no son rostros extraños
las figuras convocadas
que esas caras tan trilladas
son lo peor de lo mismo,
“revival” del menemismo,
casta vieja remixada.

Y enseguida, el Presidente
que decía ser León,
asumió su condición
de Gatito Complaciente,
identificación consciente
a un viejo y turbio Felino
que endeudó al pueblo argentino
en gestión muy recordada.
No, mi gente no es tarada.
Es que el enojo es ladino.

Esta runfla que ganó
no cree en la sociedad,
solo individualidad,
egoísmo y ambición.
Odian la cooperación,
su dogma es la competencia
y en esa falaz creencia
su enemigo es lo social,
niegan el cambio global
y desprecian a la ciencia.

En su cruel modelo ideal
“libertad” es lo que tiene
el que acumula más bienes
aunque al prójimo haga mal.
Creen que no hay que regular
lo que haga el empresario,
aunque eso cause un calvario
ven mal toda intervención.
Y ese credo es religión
de estos falsos “libertarios”.

Se puede sintetizar
su programa de este modo:
nada de lo que es de todos
en esasmanos va a estar.
Yo sé que hay que revisar
las injusticias vigentes,
la desigualdad creciente
la corrupción, la pobreza.
Pero rifar las riquezas
no es la solución prudente.

El problema es que la oferta
fue tan, pero tan horrible
que tanto hartazgo invisible
del pueblo le abrió la puerta.
Por favor, que quede abierta
y estemos alerta todos.
Yo solo imagino un modo
de que el desastre no crezca:
mantener la mente fresca
y juntarnos codo a codo.

No tengo a mano, ya ven,
esperanza en lo que viene.
Para mí es un nuevo Menem,
mezclado con Pinochet.
Solo me queda ofrecer
mis décimas agoreras
con preocupación sincera
movida por el espanto
y por eso me levanto:
¿La extrema derecha? ¡Afuera!


Mirta Griselda Sulzyk – Concejala Por La libertad avanza

«La imagen desde mi punto de vista expresa al León escapando del encierro para volver a ser libre y poder volver a su habitat natural, donde podrá experimentar y aprender de sus propias vivencias.

Busca ser libre como todo ser viviente, como los seres humanos, para no ser sometido o adoctrinado, sino poder aprender, reflexionar y decidir por nosotros mismos, sin condicionamientos ni presiones externas, utilizando todas nuestras capacidades para poder crear, crecer y proyectarnos como personas.»


Diego Sánchez – Secretario General CTA, militante político sindical y docente

«León, desdeñoso, despeinado. No vuelve solo a la jaula.

Después de todos los zarpazos sangrientos, de los libertarios rugidos, de la omnipotencia de entrar y salir sin que haya barrotes que lo impidan. La libertad es barrotes para otros.

León, melena delirio de las fuerzas del cielo. El León no vuelve solo a la jaula, habrá que encerrarlo para detener el daño.

En eso andamos.»


Antonella Peruzzo – Estudiante Universitaria (Trabajo Social)

«Tomando dimensión de cómo están las paredes, está entrando a una jaula, y desde mi perspectiva, por más que esté cerrada, el león entra por inercia, porque está acostumbrado a estar encerrado en cuatro paredes. Entonces por más que tenga posibilidades de estar en libertad, vuelve a la jaula porque es así como lo acostumbraron, y no sabe hacer otra cosa.

Es como la sociedad, estamos acostumbrados a hacer cosas o decir cosas que ni nos damos cuenta, y que tampoco sabemos hacer otra cosa porque fue esa la manera de «educarnos» y no otra. Nos olvidamos de deconstruir y reconstruir lo que ya está dado, construido. En la imagen veo lo mismo.»


Francisco Brun – Militante de La Libertad Avanza

El León, rey de la selva, símbolo de fuerza, valentía y liderazgo. Eso mismo representa Javier Milei actualmente, el único presidente que ha logrado construir su carrera política en solamente 2 años y hoy un fenómeno a nivel mundial. La reja por la que asoma la cabeza bien podría ser un lugar de cautiverio, donde se lo aísla de los demás participantes del juego, muy probablemente de los que son más débiles.

Sin embargo, el león ya consiguío pasar completamente su cabeza por las rejas, volteando a la derecha y viendo que anteriormente esa reja era más estrecha, esto bien puede ser una visión hacia el pasado, donde otro contexto social hacía imposible la llegada de un jugador de peso nuevo a la política. Pero, como claramente se observa, esa rejas fueron dejando cada vez un espacio más grande entre barrote y barrote, y esa llamada “Ventana de Overton” se fue abriendo cada vez más hasta dar paso a lo que, hasta hace unos años parecía impensable, tener un presidente liberal.

El león fue marcando su camino, dando batalla en cada discusión, por más incomoda que fuera y así logró el hito más importante, cambiar la mentalidad de los votantes. Hoy ya consolidado jefe de Estado, y habiendo hecho la reforma más grande la historia Argentina, planea seguir camino hasta pasar el cuerpo completo. Un difícil camino lleno de obstáculos en los cuales, los mismos corruptos de siempre, van a buscar defender sus privilegios hasta el final. No pasarán, el león no cede ni un ápice, no modifica una coma y dará la lucha hasta el final de sus días. La reconstrucción argentina comenzó, está en marcha y será imparable.


ángeles watters – estudiante universitaria (comunicación) e influencer

«Los símbolos son convenciones sociales para adjudicar un significado a una determinada cosa. El león ha sido siempre un símbolo de la realeza. Pero en nuestro país este signo ha dado un giro que se podría calificar como patético. Por lo demás no es una convención sino que es un autopercibimiento. Este león no asusta. Durante mucho tiempo estuvo encerrado y finalmente sale por entre las rejas, ni siquiera le han abierto las puertas a la libertad. La jaula vacía connota que nadie puede habitar con él o que ha devorado a sus acompañantes. Es un león sin corona y sin valor.»