COMER SANO
Educar la alimentación
Desde el 2022 en Argentina rige la Ley Nacional N° 27.642 de “Promoción de la Alimentación Saludable”, que tiene como principales objetivos garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, promover la prevención de la malnutrición y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles.
¿Qué es la alimentación saludable? ¿Cómo se promueven las conductas nutricionales saludables? ¿Cuál es el rol de los establecimientos educativos en las infancias y adolescencias?
Además de la Ley Nacional 27.642, en Entre Ríos se promulgó la ley 10.594 que crea el Programa de Promoción de Alimentación Saludable (PAS) en todas las escuelas de la provincia. Este tiene como fin “incorporar y promover conductas nutricionales saludables en los educandos de todos los niveles de enseñanza de la educación provincial, con el propósito de prevenir enfermedades derivadas de trastornos alimenticios a través de políticas de promoción de la educación alimentaria y regulación del funcionamiento de kioscos, cantinas o similares en establecimientos educativos, tanto de gestión pública como privada”.
Mientras tanto, en el Concejo Deliberante de Gualeguaychú se está tratando el proyecto de ordenanza que adhiere a la ley nacional y estipula la promoción del cuidado integral de las niñeces y adolescencias que concurren a establecimientos educativos, la ejecución de acciones tendientes a mejorar su estado nutricional y la posibilidad de brindar opciones de alimentos, de acuerdo a la edad, crecimiento y desarrollo, en todos los kioscos existentes en los mismos.
El objetivo es claro, prevenir y promover el acceso a una alimentación saludable a la población en edad escolar, pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de alimentación saludable?
“Alimentos saludables se les dice a aquellos que tienen concentraciones altas de nutrientes esenciales para nuestra salud, como proteínas, grasas saludables, vitaminas, minerales y fibra”, explica la Licenciada en Nutrición, Vanina Scavuzzo. Y agrega que: “como regla general, los alimentos reales, recién sacados de la naturaleza, son los que cumplen a la perfección estas características con el valor agregado de no sumar químicos a nuestro cuerpo. Por contraparte, todos aquellos alimentos ultraprocesados al ser intervenidos por la industria pierden nutrientes y se le agregan azúcares, conservantes, estabilizantes, colorantes, etc., entonces quedarían fuera de lo que consideramos alimentos saludables o esenciales”.
«Los alimentos reales, recién sacados de la naturaleza, son los que cumplen a la perfección estas características con el valor agregado de no sumar químicos a nuestro cuerpo»
Según expresa Scavuzzo, entre algunos datos concretos se encuentra que “uno de cada tres chicos tiene selectividad alimentaria por no haber recibido los estímulos sensoriales y alimentarios para desarrollarse oportunamente y ampliar la variedad de alimentos, texturas y sabores; y uno de cada seis chicos y chicas tienen obesidad, que significa que son más propensos a despertar otras enfermedades crónicas como la Diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia, problemas óseos y articulares”, entonces ¿cómo no poner el enfoque en la implementación de regulaciones que conlleven a prevenir y mejorar la calidad de su salud?
A LA ESCUELA SE VA A APRENDER
En Argentina niños y niñas se institucionalizan entre los 45 días y los 2 años. Por lo tanto, a partir de ese momento pasan al menos 4 horas de su día en un jardín maternal o en la escuela. Significa que pasarán entre 16 y 18 años dentro del sistema educativo. “Esto es una ventana de acción muy interesante para que el Estado pueda intervenir en la prevención de la malnutrición infantil, evitando a futuro lo que hoy estamos viviendo”, expresa Scavuzzo.
En la ley nacional se especifica que el Consejo Federal de Educación (CGE) deberá promover la inclusión de actividades didácticas y de políticas que establezcan los contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país.
Y en este sentido, el proyecto de ordenanza que fue presentado en el Honorable Concejo Deliberante por un grupo de profesionales tiene como finalidad “la solicitud a la adhesión de la Ley Nacional de Alimentación Saludable, que permitirá la regularización de la venta de productos saludables y libres de sellos en todo el entorno escolar, incluyendo también opciones de alimentos saludables a quienes estén a cargo de los kioscos escolares, para una alimentación más sana para nuestro niños, niñas y adolescentes”, detalla Elsa Asrilevich, integrante del equipo impulsor del proyecto y Licenciada en Nutrición.
Y, así mismo, especifica que se parte también desde la iniciativa MUNA, que son los Municipios Unidos por la Niñez y la Adolescencia, a la que Gualeguaychú está adherida, y junto a Concordia, Concepción del Uruguay y Galarza, son los únicos cuatro de la provincia de Entre Ríos.
EDUCAR EN LA EDUCACIÓN
Los desafíos para la implementación de este tipo de reglamentaciones son infinitos y variados, pero, ¿cuáles son las mayores dificultades que presenta pensar en alimentos saludables para nuestras infancias y adolescencias?
“Toda ley que estimule la alimentación saludable debería estar acompañada por una permanente Educación Alimentaria Nutricional (EAN) en todas las escuelas de Entre Ríos, de modo que los niños y niñas aprendan a elegir mejores alimentos. No sirve hablar dos semanas al año de cómo hay que comer, la EAN debe ser como mínimo un encuentro mensual”, reflexiona Scavuzzo.
“Toda ley que estimule la alimentación saludable debería estar acompañada por una permanente Educación Alimentaria Nutricional (EAN) en todas las escuelas de Entre Ríos»
“La dificultad más grande tiene que ver con que la venta de alimentos saludables implica invertir en productos perecederos, y si los escolares no han recibido la Educación Alimentaria Nutricional adecuada que estimule abandonar el modelo de consumo de ultra procesados e incorporar alimentos reales a sus colaciones, por más que los kiosqueros vendan frutas, pochoclos, los chicos no van a comprar”, señala.
Entonces, ya no es solo educar a los educandos, sino también a todo el entorno perteneciente a los establecimientos educativos, incluso a sabiendas de que con escasos recursos cada establecimiento educativo tiene una realidad particular; donde en algunos se come bien y algunos se come mal; y ya no será solo dejar de ofrecer alfajores, barras de cereal, sándwiches o galletas, sino lograr el compromiso y la responsabilidad por parte de quienes corresponda de brindar alimentos reales y saludables.
“Alguna vez un periodista me preguntó ¿por qué no se enseña a comer sano en las escuelas? Aún no lo sé, pero estoy segura que de implementarse EAN en la currícula de jardines maternales y escuelas, lograríamos tener una población saludable a largo plazo, y generar incluso repercusiones positivas en el gasto de la salud pública”, reflexiona Scavuzzo. Y la pregunta que le hicieron seguirá haciendo eco hasta tener la respuesta que las infancias y adolescencias necesitan.