ENERGÍA Y TENSIÓN

FRAN DE NICOTINA PREESTRENA SU ÁLBUM

ENERGÍA Y TENSIÓN

“Un niño rabioso, un poco receloso de salir, pero con mucho amor para brindar; con excelentes tíos, padrinos y madrinas que han dejado todo para que esto haya valido su tiempo”. Así describe Fran de Nicotina a su obra, “Energía y tensión”. Veamos de qué se trata.

Texto: Isidro Alazard

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Ilustración: Paulina Locardi

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Fran de Nicotina es un artista de Gualeguaychú. Su música, con inspiraciones provenientes del rock, del metal, del rap y de varios géneros más, es un “viaje hacia la psique que toca las vivencias personales” del autor. Este primero de noviembre, hace un preestreno de su álbum “Energía y tensión”, lanzando el video musical de Pleasure al público en general, y dando a conocer a quienes asistan a la premiere el álbum completo. 

Decenas de nombres recorren este proyecto, desde su hermana (Sarah Lahiot), a artistas y bandas como Triko Ismael, Azul Columba, Fenix, Agustín Marinelli (Mustafunk), El Clásico, Segunda Dosis, Juan Pablo Figún, Seller De Kaut, Mnesicles y Tomas Riolfo, entre otros. En diálogo con La Mala, Fran califica al álbum como “un niño rabioso, un poco receloso de salir, pero con mucho amor para brindar; con excelentes tíos, padrinos y madrinas que han dejado todo para que esto haya valido su tiempo”.

-Fran, ¿cómo empezaste en la música? ¿cuál fue tu recorrido?

-Una vez un amigo de la infancia (Gastón) me mostró un video con una canción de Linkin Park. El tema no lo recuerdo bien, no sé si era Forgotten o Pushing Me Away. La cuestión es que ahí algo conectó y jamás pude escuchar la música “de fondo”, como hasta ese entonces. Mi abuela me había regalado una guitarra y había aprendido a tocar, pero no era prioridad. Era una guitarra viajera, chiquita y juntó polvo hasta ese entonces. Después, vino el soundtrack del Prince Of Persia (un videojuego) y Time OnlyKnows fue la primera canción que quise aprender a tocar en la guitarra, el resto se fue dando solo. Tuve bandas, todas sonaban mal y yo cantaba muy feo. Quería ser Chester Bennington, pero no me salía (risas). Después me enamoré de Radiohead: fue Valentina Gonella y Rodrigo Gabba quienes me recomendaron esa banda. Y así, me cansé un poco de la distorsión y me abrió la cabeza. Me vine para acá y escuché a los grandes, después de tener varias bandas decidí encerrarme y hacer canciones para mí. Fue mi ex compañero de banda Lucas Caceres quien me convenció de agarrar ese material y juntos nos subimos al chiste indie con A Ver Gastón. La banda se disolvió a mediados de la pandemia y ahí retomé de nuevo la idea del proyecto solista. Me junté con Sarah Lahiot e hicimos este proyecto. Me aislé de nuevo y cocinamos durante tres años este disco conceptual.

-¿Tenés algún referente? ¿Y algún ídolo de cuando eras chico?

– Chester Bennington, Thom Yorke, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Marilina Bertoldi, Noelia Recalde, Rubén Níssero, ThatPoppy, Oliver Sykes, Ca7riel, mi mamá, mis abuelas y Dillom.De cuando era chico te diría que Sportacus de Lazy Town y Chenoa (risas)

-¿Qué te motiva a hacer música?

-Es una pregunta tremenda, yo creo que la vida misma, viejo. Mis amigos, sobre todo. Siempre he sido un afortunado en cierto punto porque se me ha brindado de tantos nichos muchas cosas. Me gusta el chiste de ser el peor en todo y sentirme agradecido con ello. La música me permite ordenar la belleza de la vida, sentirla. Por ahí suena a chamuyo hippie (lo cual soy en el fondo y me gusta), pero no podría apreciar nada de la vida sin eso. Para ser yo tengo que hacer música, eso ordena el rol de hijo, de hermano, de amigo y de monotributista. Es el único momento en el que siento que realmente estoy jugando a ser yo y puedo apreciar la diversidad de esta experiencia que es vivir. El resto de la obra de teatro se ordena después de eso.

«Me gusta el chiste de ser el peor en todo y sentirme agradecido con ello. La música me permite ordenar la belleza de la vida, sentirla.»

-¿Cómo surge una canción?

-Generalmente no es nada místico. Viene la música, la grabo en forma de maqueta y balbuceando algo que parece arabe-english y trato de irla toqueteando después. Una vez eso, la llevo con Sarah, la torcemos, capaz termina siendo nada que ver a la maqueta… Y después sale en forma de pancho y papas fritas.

-¿En qué género clasificarías a tu música?

-Me gusta decir que hago Baglish. Es un género que bautizamos con gente cercana a modo de chiste, por el surtido de galletitas Bagley. Suena más aesthetic si le pones una ish al final (risas). Pero siempre me ha gustado pensar en el skater, el metalero, el rapero y el fan de Taylor Swift en una presentación. Music fromPossertoPossers (con mucha honra). Te diría que Pop, Rock Alternativo y Metal, si me preguntás. Fue medio un lío también subir este disco a las plataformas, porque me pedía dos géneros para clasificarlo y no sabía cuál poner. Acepto sugerencias.

-¿Cómo es hacer música en 2024 en Argentina?

-Las nuevas tecnologías han acercado las posibilidades de realizar música en muchísimas circunstancias. Por ejemplo, yo aprendí muchísimo de YouTube. No obstante, tengo que aclarar que la industria musical está muy lejos de ser meritocrática. En criollo, los que manejan la batuta son los que pueden. La realidad es que los músicos jugamos a ser vendedores además de ser panaderos. Y eso es muy difícil. Si bien es cierto que la música con el internet es más diversa que antes, hay que jugar con muchas herramientas de autogestión y es prácticamente imposible para muchos costear eso. ¿Querés hacer música? Podés. Desde tu celular, tu netbook, donde quieras. Pero el músico de esta época tecnológica no solamente es músico, tiene que tener en cuenta muchas cosas y el prejuicio social que siempre acompañó a la gente del arte. Porque somos los vagos, los que deberíamos buscar un laburo, los «¿y a que otra cosa te dedicas?«. Ahora al discurso se añade la idea que la era digital nos soluciona la vida, me encantaría decir que es así de simple… pero estaría mintiendo.

«La industria musical está muy lejos de ser meritocrática. En criollo, los que manejan la batuta son los que pueden«

Has hecho mucha alusión a un montón de personas que contribuyeron al disco… ¿podrías haberlo hecho en solitario?

-Nada se hace completamente solo. Todo lo que sé, incluso mis opiniones más críticas, es fruto del intercambio con otros. No hay una única manera de hacer las cosas, es cuestión de adaptarse: «¿Sale un mate? ¿Qué estabas haciendo?» Y, de repente, aparece una guitarra, te quedás hasta las cinco de la mañana, tomás demasiado café, exportás la maqueta y le ponés de título «hit mundial 2024 esta vez es personal.wav«. Todo es parte del proceso. Si te toca hacerlo solo, hacelo. Lo importante es crear, aunque al principio suene feo. Eventualmente, aparecen personas que apoyan tu «brote de delirio místico«. Por suerte, cuento con personas que aportan lo suyo: Sarah, Walter, Azúl, Rubén, Cami, Ezequiel y muchos más, que han sido esenciales en todo esto. A nivel musical, hay veces que siento que falta algo, y de repente alguien lo resuelve. Tomi Riolfo y JuanpiFigún, por ejemplo, transformaron «UnDosTres» con su toque en la batería y los arreglos de guitarra. Y luego Triko le dio ese respiro perfecto. La canción me lo pedía a gritos, pero no lo veía solo. Todo lo que hacemos es para transmitir. No aprendemos acordes solo para usarlos, sino para ser mejores antenas. Es imposible hacerlo todo solo. Y si pudiéramos, sería aburrido.

-¿Cuáles son tus objetivos?

-Me gustaría comprarle una casa a mis amigos y familia. Hacer la gran Carlitos Tévez y después irme a vivir al medio del monte. Bajar, saltar como mono en un escenario, después compartir con los que amo y volver a subir a mirar maratones del Señor De Los Anillos y Star Wars en mi silla mecedora. Ese es el plan (te juro que lo digo en serio).

-¿Qué esperas del disco que vas a sacar?

– Espero que conecte emocionalmente con quienes quieran escucharlo. Es un disco psicológico y astrológico. Hablo de mi proceso entendiendo esas doce energías que a veces entiendo y a veces me pierdo del chiste. Es mi viaje al autoconocimiento, al aceptar mis sombras y mis luces, y tratar de invitar al otro a verlas. Estudio astrología, también, y me interesó mucho el concepto psicológico de Energía y Tensión. De eso trataron estos tres años. Fue hecho con mucho amor por muchas personas, hay temas de amor, grititos, cantos melosos, electrónica y licuadoras.