PRENDIDOS FUEGO
Cambio climático: necesidad y urgencia global
Este viernes comenzó en Dubai la 28º Conferencia de Las Naciones Unidas contra el cambio climático. Argentina participa del evento. ¿Será la última vez?
Comenzó en Dubai la 28º edición de la Conferencia de Las Naciones Unidas contra el cambio climático (COP), evento que reúne a todos los países que firmaron el Acuerdo de París para consolidar su correcta implementación.
Hay dos cuestiones claves que suceden en este evento y que varios especialistas en cuestiones ambientales destacan: una es que se dará a conocer el Balance Mundial, un análisis sobre lo que los países vienen haciendo, o no, en materia de lucha contra el cambio climático; y otra, que en esta edición se tendrá que resolver la cuestión del financiamiento de los países en desarrollo, es decir el dinero que necesitan esos países para hacer frente a los efectos del cambio climático.
El Acuerdo de París, del que Argentina forma parte, por ahora, tiene tres principales objetivos:
1- Mantener el límite de calentamiento global por debajo de los 2°C, con esfuerzos al 1,5°C
2- Aumentar la capacidad de adaptación, sobre todo de los países en desarrollo (y los más afectados) a los impactos ya presentes del cambio climático.
3- Que los países desarrollados movilicen y garanticen los medios de implementación (dinero, sobre todo) para apoyar y ayudar a los países en desarrollo con sus políticas climáticas.
El 2023 fue el año que se estableció para realizar el primer Balance Mundial, cuando se firmó el Acuerdo de París en 2009. Es decir que luego de esta 28º COP, tendremos información precisa y actualizada acerca de cómo viene manejando cada país las políticas y los planes destinados a la acción en contra del cambio climático (Spoiler Alert: mal).
El gran desafío es que dicho informe no termine siendo sólo un documento más, sino que realmente los países involucrados se comprometan con acciones concretas a reducir el calentamiento global y sus efectos sobre la naturaleza y las poblaciones.
Respecto del tema del financiamiento, otro de los temas picantes de la 28º COP es que los países en desarrollo vienen reclamando hace rato que se incremente el dinero destinado a adaptarse a los impactos del cambio climático. Y sobre esto se estará debatiendo en la conferencia enmarcada en la ya conocida puja de países desarrollados vs. países en desarrollo.
Existen un par de datos importantes para reflexionar acerca del calentamiento global y los efectos del cambio climático. En junio de este año se presentó el Informe de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, los ODS. Nota al pie para quienes no saben qué son: En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los 17 ODS. Algunos de ellos son: poner fin a la pobreza, proteger al ambiente, garantizar un futuro mejor, educación de calidad, hambre cero, etc.
Entonces, la ONU presentó su informe en junio de este año y algunas de sus conclusiones no son muy alentadoras. El documento sostiene que es necesario un gran esfuerzo global para bajar las emisiones de gases de efecto invernadero, que deberían haber bajado y no lo han hecho, y que por lo tanto es necesario que bajen el doble para el año 2030.
Además, el informe sostiene que las causas reales del calentamiento global no son otra cosa que las actividades humanas, en especial más de un siglo de quema de combustibles fósiles, el uso no sostenible de energía y suelos, y los regímenes de consumo. Afirmando que fenómenos meteorológicos extremos son la cara visible del cambio climático y que las comunidades más vulnerables, pese a ser las que menos responsabilidad tienen en todo esto, son las más afectadas.
El mismo informe da cuenta de que entre 2010 y 2020 las regiones más vulnerables, en las que viven alrededor de 3500 millones de personas, han experimentado tasas de mortalidad humana por sequía, inundaciones y tormentas 15 veces más que las regiones con escasa vulnerabilidad. Y “que los efectos adversos del cambio climático han causado daños sustanciales y cada vez más pérdidas irreparables en los ecosistemas y en las vidas humanas, provocando escasez de alimentos, pérdida de viviendas e infraestructura y migraciones poblacionales”.
Habrá que ver si el Balance Mundial, cuyas conclusiones son muy parecidas a las del informe citado anteriormente, logra convertirse en un instrumento capaz de realizar recomendaciones a cada país en materia de acciones específicas para la lucha contra el cambio climático.
Tendremos que esperar a que asuman las nuevas autoridades en nuestro país y ver qué enfoque y prioridad les dan a estos temas. Aunque ya podemos tener una cierta idea, porque en plena campaña el presidente electo, Javier Milei, sostuvo que no creía en el cambio climático, que eliminará el Ministerio de Ambiente y sacará al país del Acuerdo de París y de la Agenda de ODS.